La frialdad de Alonso
"Estoy tan tranquilo", asegura el piloto asturiano, que ayer visitó el circuito de Interlagos
Le faltan seis puntos. Y eso significa que acabando tercero en la carrera del domingo en el circuito de Interlagos, Fernando Alonso se convertiría en el campeón más joven de la fórmula 1, aunque el finlandés Kimi Raikkonen ganara. Hay miles de combinaciones posibles para que este hecho se produzca. Incluso podría darse el caso de que el asturiano no concluyera la carrera y fuera campeón si su único rival, Raikkonen, no lograra acabar entre los cuatro primeros: su ventaja sería entonces de 21 puntos a falta de dos carreras, suficiente. Los números le son extremadamente favorables al piloto español para que el desenlace del Mundial se produzca en el GP de Brasil.
Para cualquier otro ésta sería una situación agobiante, de estrés. Sin embargo, éste no es el caso de Fernando Alonso que perdió su primer match-ball hace dos semanas en Spa, pero que salió de Bélgica con la moral tremendamente reforzada y con el título prácticamente en el bolsillo. Ayer, Alonso realizó su habitual paseo por el circuito brasileño. Y después se mostró frío ante el desafío que se le aproxima. "Ahora estoy tranquilo", se limitó a decir. "Al menos hasta el domingo". En las últimas carreras ha demostrado que es un piloto capaz de correr con la cabeza y olvidarse de lo que le dicta el corazón. Ha debido retenerse, ser más conservador de lo que había sido a lo largo de toda su carrera. Y lo ha hecho manteniéndose siempre concentrado, sin cometer errores y pensando más en el título que se le avecina que en ganar carreras.
"Es la primera vez que le veo correr con calculadora", dice Adrián Campos, uno de sus hombres de confianza
"Eso es nuevo para mí", confesó Adrián Campos, uno de los hombres que mejor conoce a Fernando Alonso, porque fue quien le llevó de la mano desde que dejó los karts hasta el Mundial de F-1. "Es la primera vez que le veo correr con la calculadora. Pero no tenía ninguna duda de que sería capaz de hacerlo, porque además de un gran piloto es muy inteligente". El propio Campos comenta que Alonso siempre ha sido una persona muy práctica, que ha mantenido la cabeza clara ante las situaciones más difíciles y que ha tomado decisiones rápidas y concretas. Aunque su padre, José Luis, ha ejercido una gran influencia sobre él, en algunos momentos fue Fernando quien determinó su futuro. Eso ocurrió cuando con 17 años tuvo ofertas para correr en la Fórmula Renault francesa y las desestimó porque en karts estaba corriendo al más alto nivel y no veía claro su futuro con aquella fórmula de promoción.
Sin embargo, uno de los momentos en que demostró su personalidad, fue en 2000, antes de competir en la carrera de Spa Francorchamps en la F-3000, la prueba que acabó consagrándole gracias a su victoria. Campos, que entonces era su representante, y su padre estaban preocupados porque tenían sobre la mesa el contrato con Minardi para firmar y la escudería italiana les había puesto un ultimátum. "Si no firmáis antes de mañana al mediodía, rompemos las negociaciones", les habían asegurado. Aquella noche fue terrible por las incertidumbres. Los tres sabían que se estaban barajando posibilidades mucho mejores. Hasta que Fernando Alonso pegó un golpe en la mesa y dijo: "A ver, ¿qué es lo que tenemos ahora? Un contrato con Minardi. Pues vamos a firmarlo".
Y allí acabó aquella historia. Y comenzó otra que le llevó a Minardi y de ahí a Renault. Había acertado. De nuevo volvió a mostrar su frialdad cuando en 2003 sufrió el accidente más importante de su carrera justamente en el circuito que el domingo debe coronarle, Interlagos. Su coche chocó contra una rueda y se estrelló contra el muro protector dando bandazos. Se quedó sin morro. Alonso fue trasladado en camilla y evacuado en helicóptero. Y cuando vio que la televisión le enfocaba, levantó el dedo pulgar de su mano derecha. "Para que mi familia supiera que estaba bien y no sufriera", relató luego.
Este fin de semana, Fernando Alonso afronta tal vez el momento más importante de su carrera profesional. Tiene una clara posibilidad de ser campeón del mundo de F-1. Pero cuando se le pregunta si está nervioso, responde: "No. No lo estoy. Afronto esta carrera como cualquier otra. Ser campeón del mundo es lo máximo a lo que puedo aspirar. Y tener esta posibilidad me hace sentirme feliz y orgulloso". En Brasil, Alonso contará con una nueva evolución del motor RS25 y con algunas modificaciones en el ala delantera que mejorarán la aerodinámica. Pero poca cosa. Incluso algún mecánico de Renault ha insinuado que va a utilizarse el mismo motor que tanta fiabilidad ha ofrecido todo el año. En cualquier caso, se espera que los McLaren de Raikkonen y de Montoya vayan por delante de los Renault. Aunque la distancia tal vez no sea tanta como en Spa. Pero eso a Alonso no le preocupa. El título está en su mano. Y, frío como es, será difícil que desperdicie la ocasión.
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