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Crónica:LA CRÓNICA
Crónica
Texto informativo con interpretación

Televisión local

La noche del martes, Barcelona TV organizó una fiesta para celebrar su cambio de estudios y de imagen corporativa. Tras 10 años de existencia delante de la comisaría de la Via Laietana, la televisión pública de la ciudad se traslada a este nuevo barrio llamado 22@, que intenta suplantar parte del alma del viejo, y sin embargo moderno, Poblenou y consolidar el urbanismo exultante de la era olímpica. Con motivo de este estreno, se inaugura una plaza llamada Tísner. En la práctica, no es exactamente una plaza aunque, según como se mire, puede llegar a parcerlo. Quizá para homenajear la pasión por la enigmística de Avel.lí Artís, la seudoplaza está situada en una zona en la que abundan los cruces verticales de sonoridad española (calles de Álava, Ávila, Badajoz, Granada) con una horizontalidad cien por cien catalana (Llull, Almogàvers). No sé qué pensaría Tísner de este lugar.

La 'B' gigante del logotipo de Barcelona TV anula las abreviaturas anteriores e impone que hay que reforzar el concepto 'Barcelona'

En la fiesta se sirve más bebida que comida, y eso deshinibe al invitado, que se abalanza sobre las bandejas de croquetas, langostinos rebozados, pinchos avícolas o cucharitas japonesas con obsesivas muestras de atún. La expresión de los camareros al comprobar que la gula anda suelta transmite pánico y decepción. "Tenemos hambre", me dice una chica sonriente que lleva una blusa con estampados psicodélicos a lo Vasarely. "No sabes hasta qué punto", pienso, pero no se lo digo porque no está bien tirar la caña estando de servicio.

La nueva B gigante del logotipo de Barcelona TV anula las abreviaturas de la era anterior e impone un nuevo criterio: hay que reforzar el concepto Barcelona. La B está presente en muros, puertas, cristales y camisetas y preside un edificio en el que, con dos platós pequeños y uno grande (2.750 metros cuadrados), se multiplica un territorio destinado, según sus responsables, a levantar una programación digna, que conecte con una audiencia "significativa". En una pantalla gigante, que amplía un escenario cromáticamente anarquista (rojo y negro), se proyectan legados y retos, amenizados por un grupo de dizzyland al que, según un cruel humorista con el que comparto brindis, deberían regar con gigantes mangueras como homenaje a un estilo musical parido en Nueva Orleans. Resumen de la primera impresión: hay securatas donde antes había porteros y, en la entrada, una estantería metálica que archiva los cascos de los invitados. Es la prueba de que la ciudad ha pasado de la guardarropía al guardacascos, de la elegancia de etiqueta a la motorización informal.

Empiezan los parlamentos. Ricard Domingo, director de la cadena, expresa su voluntad de dirigir un proyecto "público con vocación de servicio público y con público". No le escuchan con la atención que sería deseable, probablemente porque el ambiente festivo tiende a la distracción. O quizá porque la letra de esta canción nos suena demasiado. Repaso mentalmente todos los medios de comunicación públicos con vocación de servicio público: La Primera de TVE, La 2 de TVE, TV-3, Canal 33, el 3/24, Catalunya Ràdio, Catalunya Cultura, Catalunya Música, COM Ràdio y Barcelona TV. ¿Puede permitirse semejante inversión un país con tantas deficiencias? No debería beber estando de servicio: me da por hacerme preguntas inoportunas. Menos mal que, a mi alrededor, no cunde el motín contribuyente, aunque, a mi derecha, veo como un foco empieza a quemarse y desprende un inquietante humo de color azul.

En su parlamento, Ferran Mascarell insiste en el deseo de defender un proyecto público con una "audiencia significativa". Tras 10 años de tanteos, probaturas, experimentos, errores y aciertos (algunos tan necesarios como el Saló de lectura), la audiencia debe consolidarse hasta unos índices más presentables que los pasados. "Significativa" es, pues, un eufemismo elegante detrás del que se intuye una consigna: poneos las pilas ya. "Barcelona TV debe representar la nueva identidad de una ciudad que se construye cada día", dice Mascarell. Instintivamente, me da por preguntarme si BTV ha representado la identidad de la ciudad o sólo una parte de ella. Cruzarme con la mirada de los concejales Xavier Trias y Alberto Fernández Díaz no mejora las cosas. Como en los dibujos animados, en sus ojos opositores leo cifras alarmantes de inversión y déficit. ¿Me habrá sentado mal el atún?

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En su parlamento, el alcalde Joan Clos tiene un recuerdo para Tísner y hace un canto ilusionado a esta nueva ciudad de 22@. Agradece la colaboración de la Diputación y de las distintas productoras privadas que han colaborado con la casa. Se le ve en forma y es de agradecer que sea breve y entusiasta. Tras los aplausos de rigor, el alcalde se une la comitiva que visita los flamantes estudios.

Un dato: los lavabos son Roca y los portarrollos de papel higiénico son de la empresa Nofer. Todavía no hay pintadas obscenas en paredes y puertas. La constancia de los músicos me conmueve. Llevan horas tocando para amenizar el reencuentro de directores de cine, modelos, periodistas, agentes literarias, actores, escritores, presentadores, productores, realizadores y políticos reunidos en torno a una idea necesaria (medios de comunicación públicos de proximidad y rigurosos). Una idea que, para convencer, no puede quedarse en el ámbito de las buenas intenciones ni en la canalización, descarada o sutil, de intereses políticos.

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