Siemens anuncia otros 2.400 despidos en Alemania

En plena resaca electoral en Alemania, el grupo Siemens se sumó ayer a la ola de reestructuraciones de plantilla que protagonizan varias grandes empresas germanas -como Bosch, Volkswagen, Opel y DaimlerChrysler- y anunció que despedirá a 2.400 trabajadores en los dos próximos años para recortar gastos. El grupo pretende ahorrar 1.500 millones de euros hasta 2007. Con este recorte -que no afectará a España, según el grupo-, la cifra de despidos en Siemens en los últimos cuatro años se eleva a 35.000.

Siemens está en España desde 1895. Emplea a 5.400 personas en sus centros de Cornellà, Rubí (ambas en Barcelona), Zaragoza y Getafe (Madrid).

La compañía anunció una intensa reorientación de sus divisiones deficitarias, y advirtió de que los despidos se concentrarán en la filial SBS, de servicios a empresas, donde trabajan unos 16.000 empleados. "Era inevitable la supresión de empleos en esta división", según un comunicado de Siemens. El grupo exteriorizará una parte de esta actividad y venderá parte de su capital a otra compañía.

La reorganización de las actividades de la división SBS está relacionada con la reestructuración y revisión de las actividades iniciada tras la entrada, hace un año, del nuevo consejero delegado, Klaus Kleinfeld. Entre estas operaciones, se encuentra la venta de las actividades de móviles de Siemens a la firma taiwanesa BenQ. En telefonía, la compañía germana ha iniciado también negociaciones con los sindicatos para "realizar ajustes de personal", según la empresa.

El programa de renovación auspiciado por Kleinfeld prevé también cambios en otras filiales deficitarias de Siemens, como la de comunicaciones y la de logística y sistema de ensamblaje (L&A). Esta división será segregada y pasará a constituir una firma independiente, que se llamará Dematic y contará con una plantilla de 5.000 trabajadores. La operación se hará efectiva a partir del 1 de enero de 2006 para "responder de forma más flexible a las necesidades del mercado", según la compañía.

Kleinfeld afirmó que la dirección estaba haciendo todo lo necesario para cumplir sus objetivos de ganancias, y explicó que estos cambios permitirán que la compañía se vuelva más competitiva, pondrán las bases del éxito de la compañía y fortalecerá la seguridad de sus puestos de trabajo. La cotización del grupo cerró ayer con un retroceso del 0,3% en la Bolsa de Francfort, hasta los 63,7 euros por título.