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Crónica:MOTOCICLISMO | Gran Premio de Japón
Crónica
Texto informativo con interpretación

Caída en la boca del lobo

Rossi aplaza su coronación después de su primera retirada del año

Oriol Puigdemont

Todo estaba listo en Japón para la coronación de Valentino Rossi. Junto a la plana mayor de Yamaha, il dottore se personó en la boca del lobo, en un circuito propiedad de Honda, con la intención de sellar la venganza que juró cumplir cuando, despechado por la cúpula del ala dorada, el italiano cambió de marca a finales de 2003 para hacer historia con la fábrica de los diapasones. Pero ayer, el astro del motociclismo moderno bajó de nuevo a la tierra, o más bien se revolcó. Hacía mucho tiempo, desde la carrera en Qatar del pasado año, que Vale no arrastraba su mono de cuero por el asfalto después de enemistarse con Sete Gibernau tras ser penalizado por aumentar la adherencia del asfalto en la parrilla de salida.

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La superioridad de Rossi en MotoGP es abismal, y, si no, basta con mirar la clasificación, que lidera con 112 puntos de ventaja respecto a Max Biaggi. Pero la carrera de ayer sirvió para demostrar que hasta él, el mismo que se había impuesto en nueve de las once carreras anteriores -fue segundo y tercero en las otras dos-, puede cometer errores. Rossi debía exprimir todo el potencial de su M1 para alzar el cetro a cinco carreras del cierre, pero cuando se rueda al límite incluso el mejor corre un riesgo. Su Yamaha arrastró problemas de puesta a punto durante todos los ensayos, dificultad que se agravó con la undécima posición en la parrilla, la más retrasada de Rossi desde Sachsenring (Alemania) en 2001. Cuando los semáforos cambiaron a verde, Vale estrujó cada uno de los 250 caballos de su moto, y comenzó una escalada de posiciones que le llevó al cuarto puesto, por detrás de Marco Melandri, en el ecuador de la carrera. Pero incluso Rossi comete errores. Ayer, en el decimotercer giro, entró demasiado colado en una de las cerradas horquillas del circuito y se llevó por delante a Melandri, al punto que le ocasionó una grave herida en el pie y le convierte en duda para la carrera del próximo domingo en Malaisia. La maniobra de Rossi evoca la que el italiano protagonizó en la primera prueba del curso pero con dispar resultado. En Jerez, Gibernau acabó fuera de la pista y Valentino celebró la primera de las nueve victorias alcanzadas. Tras el accidente de ayer, HRC presentó una reclamación por comportamiento antideportivo de Rossi, pero la dirección de carrera la desestimó. Con Rossi, Melandri y Gibernau (se accidentó en la vuelta 12) fuera de carrera, Loris Capirossi y Max Biaggi libraron un vistoso mano a mano que permitiría al primero entrar a formar parte del exclusivo grupo de pilotos (Rossi, Alex Barros, Nicky Hayden) que han logrado una victoria en este año de dominio de Rossi.

En Motegi, la bravura de las motos de Ducati y la eficiencia de los neumáticos Bridgestone permitieron a Capirossi, que partió sin tráfico delante en la salida, ofrecer a la marca italiana su segunda victoria en el Mundial después de la conseguida por él mismo en Montmeló en 2003, el año del regreso al Mundial de la firma boloñesa. Si el ritmo de Rossi en los ensayos no prometía nada bueno, el de la Ducati número 65 ofrecía la sensación opuesta. Equipado con Bridgestone, que corría en casa, Capirossi repitió el triunfo que el año pasado logró Makoto Tamada con Honda. Por detrás de Capirossi entró Biaggi, que peleó hasta el límite para reivindicar su puesto en una moto que el año que viene pilotará Dani Pedrosa. El romano, de momento, se afianza como segundo del campeonato tras la caída de Melandri. El líder, obviamente, sigue siendo Rossi, al que le vale ser cuarto en Sepang para festejar su séptimo cetro mundial. Pero ayer, se cayó en la boca del lobo.

Rossi, tras la carrera.
Rossi, tras la carrera.REUTERS

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