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Crónica:MOTOCICLISMO | Gran Premio de Japón
Crónica
Texto informativo con interpretación

Pedrosa se supera en Motegi

El piloto español acaba segundo en Japón pese a correr con un hombro lesionado, y se acerca al título

Oriol Puigdemont

La confianza de un piloto va ligada a dos parámetros: el dominio respecto a los demás en la pista y el control sobre la moto cuando rinde al máximo. La tranquilidad con la que Dani Pedrosa afronta cada carrera demuestra, por un lado, que su jerarquía en 250cc es incontestable y, por otro, que es capaz de predecir el dibujo de cada carrera casi sin errar. El piloto de Castellar del Vallés, de 19 años, volvió a brillar ayer en Motegi y evidenció que nada escapa a su control. Ni las tres caídas sufridas en los ensayos, ni su séptima posición en la parrilla, fueron traba alguna para alguien demoledor cuando la luz roja pasa a verde. Todo auguraba un revés en sus planes de revalidar el título del cuarto de litro en Qatar, dentro de dos semanas, pero Pedrosa ejerció de mandamás y, con un esfuerzo sobrehumano, escoltó a su compañero de equipo, Hiroshi Aoyama, en el podio.

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Pedrosa sufrió en los entrenamientos un desgarro muscular en el hombro izquierdo, pero no corrió infiltrado. Para evitar que el músculo se le cargara en las agresivas frenadas del trazado nipón, su equipo colocó en los laterales del depósito de su Honda RSW unas bandas rugosas que le permitieron sujetarse con las pantorrillas. "Ha sido la carrera en la que más me he cansado", admitió un Pedrosa que agradeció que los virajes más cerrados del circuito fueran de derechas porque su hombro malo, que se examinará hoy mediante una ecografía, es el izquierdo.

Frío y calculador, Pedrosa se mantuvo entre los ocho primeros clasificados en los primeros giros, expectante y lejos de la arriesgada masificación que abría la carrera. Por delante de él, Aoyama lideró la prueba, que al final ganó al cumplir las predicciones: el sábado se adjudicó la pole position.

Entre Aoyama y Pedrosa, los dos pupilos de Alberto Puig, rodaban Alex De Angelis, Andrea Dovizioso, Jorge Lorenzo y Casey Stoner, todos en grupo. Pero la frialdad de Pedrosa, incluso en las situaciones más embarazosas, es envidiable. Reflexivo y analítico, el catalán aguardó sereno a falta de diez vueltas mientras las escaramuzas se libraban delante. Desde el muro de tiempos, en la pizarra de Pedrosa se leyó un OK mayúsculo, signo inequívoco de que lo mejor era permanecer allí, quieto, hasta que el temporal amainara. Cuatro vueltas aguantó Pedrosa en la retaguardia hasta que, a seis para la conclusión, el OK de su pizarra dio paso a una T, también mayúscula, y que vino a decirle "¡Tira!". Y tanto tiró que en vuelta y media se deshizo primero del australiano Stoner y, más tarde, de Dovizioso, hasta fijar su punto de mira en el siempre vehemente De Angelis.

"Cuando he atrapado a De Angelis", señaló Pedrosa, "ha empezado a ser duro de verdad, porque él no era muy rápido, pero tapaba muy bien los huecos, frenaba tarde y me costaba pasarle", explicó el piloto, que en los giros finales se libró de milagro de irse al suelo junto a De Angelis, que no pudo evitar caer al ser embestido por Jorge Lorenzo. "Mi única opción era en ese hueco y lo he intentado", señaló el mallorquín que pretendía, en la última vuelta, recuperar posiciones. "Tampoco he entrado muy colado", apostilló. La Federación Internacional de Motociclismo (FIM) no lo entendió así y le impuso una sanción que le impedirá correr el próximo fin de semana en Sepang (Malaisia) por conducta irresponsable.

La agresividad de un piloto puede ser en ocasiones de gran ayuda, como se vio ayer en Motegi, pero también una mala compañera de viaje. Pedrosa se distingue del resto de pilotos porque canaliza muy bien su agresividad para que aflore en el momento justo: salir disparado cuando, en comunión con el equipo, decide acelerar. Entonces es inalcanzable. Parece dominar su nervio en la pista de la misma forma que domina un Mundial en el que lleva 63 puntos de ventaja a Stoner, a falta de cinco carreras para el final.

Pedrosa, durante la carrera de ayer.
Pedrosa, durante la carrera de ayer.REUTERS

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