La historia se repite
Los jugadores del Madrid reviven con Luxemburgo la pesadilla de hace un año
La historia se repite. La noche de ayer fue un calco auténtico de lo ocurrido hace un año, una versión original de la temporada pasada. Primero, en la Champions, el conjunto madridista cayó por tres goles. Segundo, en la Liga, viajó a Montjuïc en la tercera jornada y perdió por la mínima. "Con Luxa tienen más paciencia que con Camacho", aseguró Juanfran, cedido al Espanyol por el Madrid y que ayer vio el partido en la grada porque el acuerdo de cesión exigía a los de Montjuïc pagar 150.000 por alinearlo. Camacho, en el viaje de regreso a Madrid, dimitió. A Luxemburgo se le vio tocado. Voz apagada y semblante serio.
Ya lo presagiaba el presidente blanco, Florentino Pérez, en el intermedio del partido, cuando al salir de la pertinente merienda movía incesantemente las comisuras de los labios. Y los aspavientos de Luxemburgo en la banda de poco sirvieron. Miraba hacia abajo, ponía caras y, sobre todo, se desgañitaba para recomponer un cuadrado mágico que los jugadores parecen no saber asimilar del todo. Ahora tienen que asimilar la derrota, y analizar el porqué de todas las coincidencias.
"He vivido cosas peores. No hay que buscar excusas y sí dar la cara", dice el técnico blanco
Le retó una vez. Perdió. Le retó otra. Mismo resultado. Ronaldo volvió a irse esta temporada de vacío de Montjuïc porque así lo determinó la inspiración de Kameni. La campaña pasada, el guardameta camerunés le paró un penalti doblemente; el colegiado mandó repetirlo una vez errado porque alguien pisó el área antes de tiempo. Y en la actual, hasta cuatro disparos le atajó. Y si el blocaje era complicado, desviaba con suficiencia a línea de fondo. "Hemos tenido muchas posibilidades de marcar pero no metemos gol. En la primera parte hemos dominado pero nos hemos encontrado con el portero suyo, que ha hecho paradas muy importantes", y añadió a modo de lamento: "Y en la segunda... otras paradas importantes". Ronaldo tendrá pesadillas con Kameni, pero no será el único, porque Robinho y Baptista, a buen seguro, debieron preguntarles a Costa e Ito si querían llevarse una foto suya a casa. No les dejaron revolverse, llevar el balón pegado. Así, Lotina, con un sistema conservador, con un sistema en el que marcaje a marcaje anuló todo el potencial ofensivo, secó al Madrid, a Luxemburgo. Beckham reflejó el nerviosismo del Madrid cuando, al tirar un córner, el constipado Sergio Sánchez, que calentaba en la banda, tosió. Acto seguido, el capitán de la selección inglesa le citó fuera del campo con malas maneras.
También hay otro aspecto del juego que al Madrid se le atraganta demasiado. Las jugadas a balón parado. Le pasó ante el Cádiz, ante el Celta, ante el Olympique de Lyón y ante el Espanyol. "Hay cosas más importantes en el fútbol que las jugadas de estrategia", inquirió Lotina durante la semana. Y Luxemburgo, cansado de encajar siempre los goles del mismo modo, le respondió: "Las faltas a balón parado deciden partidos". Dominó, sin embargo, el Madrid. "Hemos llevado el partido en todo momento. No recuerdo parada alguna de Casillas", espetó el técnico madridista. Entonces fue Lotina el que recogió el testigo: "Sí que han tenido más posesión de balón y han ido a por el partido. Pero cuando salíamos a la contra nos dejaban jugar y aparecía De la Peña o Luis García".
La historia se repite: el Madrid pierde en Montjuïc tras caer por tres goles en el estreno de la Champions; Ronaldo se va de vacio; su potencial ofensivo queda ninguneado por los mediocentros blanquiazules; pierde por culpa de una jugada a balón parado; y, por último, las palabras de Luxemburgo: "He pasado cosas peores. Ahora hay que aceptar las críticas y seguir trabajando. No hay que buscar excusas y sí dar la cara". Luxa, inconformista, quiere cambiar el final de la historia. Lotina, repetir la del año pasado: "La victoria nos sube la autoestima, pero hemos de mejorar bastante".
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