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Paco de Lucía y Carmen Linares actuarán en Málaga en Flamenco

La bienal ha programado 210 espectáculos, conferencias y exposiciones

Javier Martín-Arroyo

La heterodoxia y el clasicismo de lo jondo, todas las tendencias del abanico flamenco se incluyen en la nueva bienal Málaga en Flamenco, que arranca hoy. Primeras figuras del cante, el baile y el toque como Carmen Linares, Paco de Lucía, Tomatito y Cristina Hoyos actuarán los próximos dos meses en una cita que pretende hacerse notar en el mapa de festivales flamencos y que ha programado 210 espectáculos, conferencias y exposiciones.

El amplísimo cartel de la primera cita no dejará respirar hasta el próximo 12 de noviembre a la afición malagueña, sedienta de una programación flamenca con rigor y entidad. Se podrán disfrutar los mejores quejíos de estrellas consagradas, pero también de voces de vanguardia como Miguel Poveda, Mayte Martín y Arcángel. "Ni purismo ni fusión, a nuestro criterio flamenco lo guía la autenticidad. Hemos sembrado una ambiciosa semilla", declaró ayer el responsable de la bienal, Salvador Pendón.

La intención de esta bienal, con un presupuesto de dos millones de euros, es promocionar a los artistas flamencos malagueños arropados por estrellas de siempre como Chano Lobato y El Lebrijano. Abrirá fuego Paco de Lucía, que exhibirá su virtuosismo y Cositas buenas, su último disco, el próximo sábado en la plaza de toros. Además, se pondrán en escena montajes de baile como Viaje al Sur, de Cristina Hoyos, estrenado en Japón; Diálogo del amargo, de Mario Maya, y El eterno retorno, de Rocío Molina y la coplera Pasión Vega.

La fecha escogida no es casual. Acabada la temporada turística, la intención de la Diputación de Málaga, organizadora de la bienal, es lograr que el reclamo de repuesto para la Costa del Sol sea el flamenco, y conseguir atraer todas las miradas, tanto nacionales como internacionales. "Como en todas las primeras ediciones, te tiras a la piscina y confías en que la gente pida más. La diferencia es que nuestra ambición ha sido mucha", resumía Alberto Bandrés, director de la Agencia Andaluza del Flamenco, que colabora en la bienal.

"Ahora en Málaga no tendrán oportunidad de quejarse, y podrán romperse el alma y compartir escenario con los más grandes". Fosforito, malagueño de adopción, se mostraba eufórico con una bienal en la que subirá al escenario hasta cuatro veces a sus 73 años. "El río del arte y mi sangre caliente no se secan nunca, aunque mira ahora los pantanos", decía con sorna. El veterano cantaor recibirá la Llave de Oro del Cante en el festival el próximo 11 de octubre en el teatro Cervantes. Actuará acompañado del joven guitarrista Antonio Soto y en una gala junto a Niña Pastori, Tomatito y la poderosa bailaora Manuela Carrasco. Sobre su timbre, confía: "Lo que pierdes en estridencia, lo ganas en saborcito y color de voz, que logra un equilibrio de agudos y graves. Cuando estoy bien, estoy mejor que nunca", dice casi susurrando.

El telón se baja hoy por primera vez con el espectáculo de producción propia Málaga, dirigido por el bailaor Paco Mora, y cuyo hilo conductor es la radio. "Son de arcilla, muy maleables", dijo ayer Mora de los 19 artistas que integran su elenco.

El festival pretende diversificar su oferta con 16 exposiciones de pintura y fotografía, 21 mesas redondas, un ciclo de cine y un curso a cargo del guitarrista Manolo Sanlúcar.

La organización, que llevará actuaciones a 46 pueblos malagueños y al resto de provincias andaluzas, confía en que los espectáculos cuenten con aforos completos, tal y como hasta ahora indica la venta de abonos. "Ya era hora, pero nunca es tarde. Servirá para que abramos los ojos a los artistas de la zona con talento, necesitados de reconocimiento", resumió Cristina Hoyos.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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