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Un diputado de IU deja su cargo interno por disputas con Llamazares

Carlos E. Cué

A Gaspar Llamazares, que ganó la última asamblea de Izquierda Unida con el 49,5% de apoyos, no le sobra ni un solo voto. Por eso ayer, cuando llegó por carta la renuncia del diputado nacional Ángel Pérez a su cargo como responsable de Comunicación de IU, algunos dirigentes temieron que este claro distanciamiento entre ambos ponga en riesgo la mayoría del líder. Pérez es uno de los apoyos básicos de Llamazares.

En plena negociación presupuestaria con el PSOE, cuando el enfrentamiento con Francisco Frutos, secretario general del PCE, aún no se ha resuelto, al coordinador general de IU se le abre un frente con el que no contaba. Pérez, aún hombre fuerte de la federación madrileña, la segunda en importancia después de Andalucía, siempre había sido muy crítico con la gestión del coordinador general. De hecho, maniobró con éxito para expulsar de la dirección madrileña al hombre de Llamazares, el ex alcalde de Rivas-Vaciamadrid Fausto Fernández.

Pero cuando llegó la asamblea federal, en diciembre de 2004, e Izquierda Unida se partió de nuevo por la mitad, con los dirigentes del PCE Francisco Frutos, Enrique Santiago y Felipe Alcaraz por un lado, y Llamazares por otro, Pérez y su gente de la federación madrileña, claves en cualquier votación dividida, optaron por el coordinador general y le dieron la victoria por la mínima.

Parcela de poder

Llamazares decidió entonces ofrecer a Pérez una parcela de poder en la dirección, y le hizo responsable de dos áreas, Comunicación y Electoral. Pero Pérez no ha dejado de mostrar su escasa sintonía con el líder. Este verano ya rompió la disciplina parlamentaria -IU tiene sólo tres diputados, Llamazares, Pérez y la valenciana Isaura Navarro- porque quería apoyar al PP en su petición de una comisión de investigación sobre el incendio de Guadalajara. Pero ayer marcó una ruptura aún mayor, al enviar una carta en la que renuncia a sus cargos, con el argumento de que no se le ha dejado desarrollar su trabajo político.

Esto no quiere decir ni mucho menos que Pérez y su gente de Madrid vayan a cambiar automáticamente de bando para desplazar a Llamazares de la dirección, pero lo cierto es que el líder pierde un apoyo crucial precisamente en el momento más difícil, cuando sus opositores en el PCE se preparan para el debate sobre la negociación presupuestaria.

Las relaciones con el PSOE siempre han sido el eje de la polémica en IU. Llamazares ha sido acusado, especialmente por sus rivales del PCE, de "seguidista" del Gobierno. Por eso el líder ha incluido en la comisión negociadora con el PSOE a uno de sus enemigos, Felipe Alcaraz.

Este viernes, en la Presidencia, el máximo órgano ejecutivo, comenzará el debate. Llamazares y su equipo temen que el PCE quiera crear una nueva mayoría en torno a la oposición a los Presupuestos de 2006.

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