De Carew a Lomu

No es neozelandés y tampoco brasileño. Ni por asomo: su madre es noruega y su padre gambiano. Da lo mismo, para la ilusionada afición del Olympique, John Carew es "el Jonah Lomu de Gerland", una secuela "brasileña" de Sony Anderson, el pistolero que hizo una brillante carrera en Lyón, tras dejar el Barça y antes de jugar en el Villarreal. "Es nuestro Lomu", dijo de él Jean Miche Aulas, el peculiar presidente del campeón francés, un dirigente de esos que pasan casi el mismo tiempo en el vestuario del estadio de Gerland que en el palco, en referencia al extraordinario jugador de rugby de los All Blacks. "Todo el mundo me dice que juego como los brasileños; que soy brasileño. ¡Pero yo soy noruego!", sostiene entre carcajadas el moreno ex jugador del Valencia y del Besiktas de Vicente Del Bosque, donde marcó 13 goles en 24 partidos la pasada temporada. Este verano, Aulas pagó por él 7,7 millones de euros y el espigado delantero escandinavo, de 26 años, no tardó en cautivar a los franceses: el pasado 27 de julio, en su puesta de largo, ante el Auxerre en la Supercopa, Carew anotó tres goles. Y con un repertorio de lo más variado: uno de cabeza, otro con la pierna derecha y uno más con la zurda. Por algo le confundieron con un brasileño. En el campeonato lleva dos goles, aunque ahora debe rivalizar por el puesto con Fred, un brasileño auténtico que aún no tiene apodo en Lyón, pero le falta poco. Ha costado el doble que el noruego, en su currículo figuran 40 goles en 43 partidos con el Cruzeiro en el último curso y unos cuantos récords. Por ejemplo, como juvenil del Mina de Merais marcó un gol al Vila Nova en 3,1 segundos de partido, el más rápido que se recuerda en Brasil, donde también ha inscrito su nombre como máximo goleador de la Copa en 2005. Y todo ello con 21 años. En Francia le ha bastado un encuentro, ante el Mónaco el pasado sábado, para marcar dos tantos. Credencial suficiente para que nadie dude de que es brasileño; lo de Carew está por ver.