África se consolida como base del tráfico de cocaína para Europa
"El África subsahariana se está convirtiendo no sólo en una zona de tránsito de la cocaína con destino a España, sino en lugar de aprovisionamiento desde el que posteriormente se distribuye a toda la Unión Europea". El diagnóstico no puede ser más certero: hace una semana fue desarticulada una red franco-española que utilizaba la nueva ruta africana de la cocaína. Llevaban un cargamento de 2.800 kilos de droga. El progresivo cambio de la ruta gallega y portuguesa por la africana se debe a dos motivos: por un lado, aquélla es más previsible y está más vigilada; y, por otro, en la nueva los narcos pueden aprovechar "la infraestructura existente en el tráfico de hachís y la inmigración ilegal".
El informe de la Policía Judicial incide en que las costas gallegas siguen siendo punto estratégico de entrada, pero constata que los narcos gallegos y portugueses "han sido relegados a meros transportistas a merced de las organizaciones colombianas". Mientras, el "empleo de las rutas del hachís para la introducción de alijos de cocaína ha ascendido, con el consiguiente aumento de la colaboración establecida entre organizaciones colombianas y marroquíes".
El sistema consiste en el transporte de la droga por vía marítima, en barcos o veleros alquilados o comprados, que salen al encuentro de otros barcos mayores, incluidos petroleros. La cocaína se trasvasa en alta mar. Luego se descarga en puertos permisivos del continente africano, en cuyas proximidades se almacena hasta que entra en el circuito de los traficantes de hachís, "para su desembarco en las costas españolas". Ya en tierra, "se emplean vehículos todo terreno sustraídos para transportar la droga hasta los lugares destinados a su ocultación".
Dos nuevas amenazas
La policía lanza dos alertas. La primera: "Existe un riesgo gradual de que sea utilizada por la delincuencia organizada colombiana la vía cantábrica hacia el País Vasco como ruta alternativa a otras existentes en nuestro país". La segunda: "Es posible la amenaza de un nuevo mercado de heroinómanos, menores de edad, abastecido por organizaciones nigerianas en las grandes ciudades catalanas".
Además del cambio de ruta, los investigadores han detectado "una mayor participación en el tráfico ilegal" de los ciudadanos búlgaros. Éstos, como otros grupos procedentes de países del Este, como ucranios o rumanos, suponen un plus de peligrosidad, ya que, se dice, se caracterizan "por la probabilidad de ir armados y de conducir vehículos de gran cilindrada, lo cual les facilita la labor de abrirse camino ante cualquier contingencia".
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