Los bancos europeos toman posiciones en el creciente mercado financiero turco
El italiano Unicredito y el belga Fortis adquieren entidades ante las próximas privatizaciones
La banca internacional, con fuerte presencia europea, ha puesto sus ojos en Turquía ante el despegue de su economía, la posible entrada en la UE y la privatización de entidades financieras y otras empresas como las de telecomunicaciones. En lo que va de año, la división de financiación al consumo de General Electric, el banco belga Fortis y el mayor de Italia, Unicredito, han entrado en el capital de entidades turcas por valor de 4.326 millones de dólares. La pujanza económica de Turquía se refleja en el crédito al consumo, incluyendo el volumen de las tarjetas de crédito, que alcanzó los 27.000 millones de dólares hasta agosto, un 71% más que el mismo periodo del año anterior.
A finales de agosto, la filial de financiación al consumo del conglomerado estadounidense General Electric compró el 26% de Turkiye Garanti, el tercer mayor banco cotizado turco, por 1.806 millones de dólares. No era la primera gran entidad financiera internacional que se ha dejado seducir por la banca turca. El pasado abril, la belga Fortis pagó 987 millones de dólares por Disbank, el décimo mayor banco del país. En otoño de 2004, el banco francés BNP Paribas anunció la compra del 50% de la matriz del Türk Ekonomi Bankasi (TEB), participación por la que ha pagado 217 millones de dólares.
Pero la primera entidad que puso una pica en Turquía fue el italiano Unicredito, presidido por Alessandro Profumo. A finales de 2002, la mayor entidad italiana adquirió el 50% de Koc Financial Services por 240 millones de dólares. En la actualidad, Koc está negociando la compra del 57,4% de Yapi Kredi Bankasi, cuarto banco del país, participación por la que está dispuesto a pagar 1.533 millones de dólares. El holandés Rabobank persigue, por su parte, hacerse con parte de Sekerbank, una entidad mediana implantada, sobre todo, en la capital turca, Ankara.
La sensible mejora de la economía turca, junto con el inicio de las negociaciones para la posible adhesión del país a la Unión europea (UE), el próximo octubre, están detrás de la fiebre de compras bancarias. El año pasado, la economía turca creció un 8,9% y la tasa de inflación se colocó en el 7,8% en julio, su nivel más bajo de las tres últimas décadas.
Y todo ello, en un entorno de tipos de interés a la baja. El banco central turco ha recortado el precio del dinero en siete ocasiones desde el pasado diciembre, hasta un mínimo histórico del 14,25%. "Cuando coincide una caída de los tipos de interés y de la inflación por debajo del 10%, hipotecas, préstamos personales y tarjetas de crédito se hacen más atractivos al consumidor turco", señalaba Dan O'Connor, consejero delegado de la división de financiación al consumo de General Electric en Europa.
Las cifras ratifican su apuesta: el crédito al consumo sumaba 37.300 millones de liras turcas (unos 27.000 millones de dólares) el pasado agosto, lo que supone un crecimiento del 71% respecto a un año antes, según el banco central de Turquía.
La privatización del sector bancario es una de las condiciones del acuerdo con el FMI. Según los analistas, Vakifbank, el séptimo por activos, está en la lista y tiene un valor de 3.600 millones de dólares. Los bancos privados Akbank e Isbank son interesantes objetivos para una fusión, en opinión de Walid Khalfallah, analista de Morgan Stanley.
Los bancos públicos no son los únicos en la cola de las privatizaciones. El Gobierno ha puesto a la venta la compañía de telefonía móvil, Telsim Mobil Telekomunikasyon Hizmetleri, por la que espera obtener unos 2.800 millones de dólares. Vodafone, la mayor compañía de móviles del mundo, y la noruega Telenor han expresado su interés por la empresa turca.
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