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Reportaje:

Banderas azul y roja en La Concha

Castro y Astillero arrastrarán a más de 5.000 aficionados de Cantabria a San Sebastián

Ni la calidad del agua de la bahía de La Concha ha variado ni se espera un mar muy picado. Sin embargo, las banderas azules y rojas serán las que ondeen mayoritariamente en la playa donostiarra desde primera hora de la mañana. Sólo en los viajes organizados por Castro y Astillero, más de 5.000 personas se desplazaran hasta San Sebastián para animar a sus traineras en más de 60 autobuses. Sin contar con los viajes de particulares ni los desplazamientos desde otras localidades costeras.

Además, hay que contar con la siempre nutrida presencia de aficionados de Pedreña, que completa la terna cántabra, aunque no bogue en la Tanda de Honor. Una verdadera marea cántabra que poblará el Casco Viejo de la capital guipuzcoana y cuya presencia se hará notar en la zona de Portaletas, que a mediodía será un lugar de encuentro para todas las aficiones.

Es el gran día del remo, pero también la antesala a la recta final de la Liga ACT

Pese a que la Bandera de La Concha tiene este año, por quinta edición consecutiva, claro dominador en Cantabria (en 2001 y 2002 el vencedor fue Castro y en 2003 y 2004 Astillero fue el que se llevó el entorchado a casa), se espera que la cercanía anime a los hondabirritarras a acercarse por tierra o mar a La Concha y animar a la Ama Guadalupeko. Y, cómo no, los centenares de animosos seguidores de Arkote que podrán ver por primera vez en sus casi cincuenta años de historia a su bote metido en la Tanda de Honor, una fiesta para los de Plentzia, que gozarán del simple hecho de bogar entre los mejores sin ningún tipo de presión.

Por estas razones, se han dispuesto transportes urbanos especiales hacia la playa de La Concha durante la mañana. Se espera que decenas de miles de personas contemplen el desarrollo de la regata desde la bahía, el puerto o los montes cercanos, aunque todo dependerá del tiempo, ya que se esperan lluvias débiles a lo largo de toda la mañana en la costa guipuzcoana.

Centrados exclusivamente en lo deportivo, hace más de una década que no se vive una final tan igualada. Y este hecho, unido al morbo que supone el pique personal entre el entranador de Castro, el incombustible, José Luis Korta, y el patrón de Astillero, José Manuel Francisco, han levantado el ánimo de la afición. No obstante, los donostiarras tendrán que esperar a la tanda B para poder ver a Pasai Donibane, que sólo pudo lograr el séptimo puesto en la tanda de clasificación.

Es el gran día del remo, pero también la antesala a la recta final de la Liga ACT, para la que faltan cuatro jornadas. Y es que si las diferencias en la regata de hoy entre los dos favoritos, Castro y Astillero, es de sólo dos segundos, en la clasificación regular el margen es casi idéntico, aunque cambien los protagonistas.

A falta de cuatro pruebas, sólo seis puntos separan al líder, Astillero, de Hondarribia. La resurrección de Castro, ocurrida a finales de agosto, no va a ser suficiente para colarse en la lucha por el título, así que José Luis Korta confía en la Bandera de La Concha como tabla de salvación que haga olvidar una temporada bastante discreta para un equipo diseñado para arrasar.

Korta, además, se ha reservado la posibilidad de subirse a La Marinera como patrón si el mar se presenta con oleaje, debido a su vastísimo conocimiento de la bahía, donde ha ganado en 13 ocasiones bien en el banco, al timón o desde el puerto como preparador. Las previsiones del mar hablan de marejada, por lo que sólo la insistencia del preparador rojillo le llevaría a coger el timón y ocupar el lugar que habitualmente ocupa el joven Cristian Garma.

Con él como patrón, el equipo cántabro logró en la primera jornada mantener un ritmo imparable tras la ciaboga, que redujo las diferencias respecto a la San Juan XIII en casi siete segundos, a una velocidad superior a los 9,5 nudos a la hora. Sin embargo, la salida parece ser el punto débil de los de Castro, así que Astillero tratará de hacer valer su potencia explosiva para obtener la cabeza de la regata desde las primeras remadas

Él último aliciente para el espectáculo, si el ambiente festivo, el colorido y el morbo no fuesen suficientes, es el cronómetro. Desde 1879 que se viene celebrando la Bandera, nunca dos traineras habían sido tan rápidas como lo fueron Astillero y Castro el domingo pasado. Ahora el reto es rebajar los 19 minutos, una marca imposible hace sólo un par de años y que ahora parece ya al alcance de la mano. Otra buena muestra de que las regatas están más vivas que nunca y que la cantera del remo vasca tiene aún mucho que bogar para poder enfrentarse cara a cara con el potencial económico de los clubes cántabros.

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