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Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

Esperando el fin de la deflación

Japón consolida su crecimiento por tercer trimestre consecutivo

Los últimos datos de producción industrial, desempleo y consumo interno han confirmado la recuperación de Japón, cuyo PIB podría crecer un 1,6% en 2005. Este favorable escenario incluso podría terminar con la deflación crónica que ya se acumula por séptimo curso consecutivo. Las amenazas siguen siendo los precios del petróleo y la cotización del yen.

El Banco de Japón cree que el país podría terminar este año con siete años de deflación: la inflación subyacente de julio bajó sólo un 0,2%
Los pilares del crecimiento son el consumo interno y el gasto de capital, que sustituyen a las exportaciones como motor de la economía

La confianza se ha instalado en la economía japonesa. Los recientes datos oficiales señalan que el PIB se ha elevado un 1,1% anualizado y un 0,3% en términos reales durante el segundo trimestre. Estas cifras, a pesar de estar por debajo de las previsiones de los analistas, han generado optimismo en los mercados, ya que confirman el tercer trimestre consecutivo de crecimiento para el país asiático.

Los registros, además, avalan el 1,6% de alza en el PIB previsto para este año. Si consideramos que durante el primer trimestre se registró un crecimiento del 4,9% en términos anualizados y un 1,2% en términos reales, sólo bastaría llegar a tasas del 0,1% en los restantes trimestres, para cumplir el objetivo de cerrar el año fiscal 2005 con una de las alzas más elevadas de los países industrializados. El FMI ha pronosticado una recuperación de Japón del 1,75% para este año.

Motor del consumo

Los principales pilares de este crecimiento han sido el buen desempeño del consumo doméstico y el gasto de capital, sustituyendo a las exportaciones, tradicional motor de la economía nipona. Y es que a pesar de que la recuperación se había ralentizado durante el pasado otoño debido a caídas puntuales en la producción, el gasto de las familias, que supone un 55% del PIB, ha crecido un 0,7% durante el último trimestre. La inversión corporativa se elevó en un 2,3%.

No obstante, los últimos datos llaman a la calma. En junio, el mismo gasto familiar cayó un 3,7% en comparación a igual fecha del año pasado y la producción industrial bajó un 1,1% en julio. Por el contrario, la confianza del consumidor ha aumentado en las últimas encuestas y los empresarios elevaron su producción en un 2,3% en agosto y septiembre. Esto último porque han crecido las expectativas de aumentar las ganancias ante la mayor demanda.

Señales contradictorias, pero que según los analistas terminarán por consolidar el crecimiento. El Banco de Japón y los expertos creen que el país podría terminar durante este año con siete años de deflación crónica, que es la caída sucesiva de los precios. La inflación subyacente de julio descendió sólo un 0,2%; no obstante, el repunte de los salarios y el encarecimiento de variables como el sector textil, con un 1,8%, han generado favorables expectativas.

Otro elemento a favor del fin de la deflación son las cifras de desempleo. El paro ha llegado a sus valores mínimos en siete años. Con el 4,4% registrado en julio, el número de parados bajó en 290.000 personas, hasta situarse en 2,89 millones, el tercer mes consecutivo de descensos.

Inestabilidad política

Parece que nada puede frenar este optimismo en las finanzas japonesas. Ni siquiera la inestabilidad política generada por las repentinas elecciones convocadas para este domingo. El primer ministro Junichiro Koizumi decidió llamar a las urnas debido a la negativa de los parlamentarios de su propia coalición de aprobar una reforma a la empresa estatal de Correos.

Las posibles interrogantes vienen desde el exterior, con los precios del petróleo disparados y la inestabilidad del yen. Precisamente para paliar los efectos del crudo, el Gobierno ha anunciado que pondrá a la venta siete millones de barriles de sus reservas para aliviar las tensiones de la demanda. Respecto de su moneda, el FMI ha alertado de que la intervención en los mercados sólo debería hacerse en circunstancias extraordinarias.

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