Coca mata
Multitud de productos lícitos, al alcance de cualquiera, provocan dramas, incluso llegan a matar por activa o por pasiva. Sin ir más lejos, ahí está el alcohol, tan firmemente anclado en una cultura que tolera a los borrachos, con reparos, pero no a los consumidores de otras sustancias que depara la naturaleza, solaz para discretos ciudadanos. Son sustancias malditas de forma oficial, pero tan inocentes, en principio, como las uvas. Se prohíben por estrictas razones sanitarias, cínicas o financieras. Muchas economías se mantienen gracias al narcotráfico, como sospechaban hace tiempo sectores importantes de la sociedad.
No se puede sobrevivir sin drogas; lo saben bien los médicos, sus pacientes, los narcotraficantes y el público en general (el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra). Quien diga lo contrario miente o es tonto. Todo depende del uso que cada cual haga de estas cosas, como ocurre con los demás aspectos de la vida. Depende de la dosis. Ahora resulta que España, según la ONU, es el país más consumidor de cocaína del mundo. ¡Somos drogadictos y lo sabe el mundo entero! ¡Qué pensarán de nosotros Pedro el Cruel e Isabel la Católica! ¡Qué bochorno!
Pero si usted quiere constatar in situ la veracidad del informe de la ONU, respaldado por la Fiscalía Antidroga, no tiene más que enfangarse con cualquier disculpa en la noche madrileña. Con sólo observar, usted y sus acompañantes podrán percatarse de que la mayoría de la gente va colocada hasta el corvejón. Las visitas de la clientela a los servicios son tan incesantes que con frecuencia impiden orinar a los que sólo quieren eso, o les obligan a inmiscuirse en los aseos de las damas, que también suelen estar ocupados (lavabos y mierda son firmes aliados del narcotráfico).
Hay mucha ignorancia con respecto a las drogas, y mucho cinismo. La gente, sobre todo los más jóvenes, no sabe de qué va la vaina. Hay que informar sin pelos en la lengua: la coca mata, para qué nos vamos a engañar, como el amor, las ideas, y, en general, cualquier cosa importante. Todo es cuestión de mesura.
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