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EL DEBATE DEL AGUA

30.000 manifestantes piden en Alicante que el agua del Júcar llegue al Vinalopó por Cortes de Pallás

La participación no colma las expectativas fijadas por los organizadores pese al apoyo oficial

Muchos de los manifestantes carecían de la información respectiva a los dos trazados que se barajan para el trasvase Júcar Vinalopó, pero todos pedían agua. Unos para el riego y otros para el turismo o la industria. La marcha del agua reunió ayer a unas 30.000 personas, según cálculos de este periódico, que desfilaron, junto a altos cargos del PP, para exigir la ejecución de los trasvases que el Gobierno Aznar tenía previstos. El jefe del Consell, Francisco Camps, y su homólogo en el Gobierno murciano, Ramón Luis Varcárcel, llegaron tarde a la manifestación, cuando la gente ya se marchaba.

"Embustero Zapatero" y "Que nos den agua de beber" fueron algunas de las consignas que anoche coreaban algunos de los manifestantes que se sumaron a la manifestación que bajo el lema Sí a los trasvases, Nos dejan sin agua para beber convocaron los regantes del Vinalopó.

Miles de personas, la mayoría de ellas procedentes de las comarcas del Vinalopó o de Murcia, se fueron congregando en la avenida de Aguilera pasadas las siete de la tarde. Cuando los manifestantes llenaron casi por completo la avenida de Maisonnave empezaron los cálculos. Los jefes de la Policía Local y ediles delegados aseguraron que había más de 100.000 personas; la organización, minutos después desde la tribuna de oradores, los elevó a 150.000. La Policía Nacional, a través de la Delegación del Gobierno, rebajó a 50.000 los asistentes.

La manifestación transcurrió con lentitud, ya que dos de sus principales protagonistas, Francisco Camps y Ramón Luis Valcárcel, presidentes de la Comunidad Valenciana y Murcia, respectivamente, llegaban con retraso. Venían de Madrid en coche. A las 17.30 salían del palacio de Zarzuela donde saludaron al Rey, tras haber participado en la Conferencia de Presidentes y ni siquiera se quedaron a la comida. Por esto, la organización ralentizó el ritmo de la marcha que estaba previsto que concluyera a las 20.30 y terminó a las 21 horas, en el preciso instante que llegaron los dos presidentes. El Consell de la Generalitat, casi en pleno, llegó puntual. Todos los consejeros de Camps, salvo Justo Nieto y Alicia de Miguel, participaron en la manifestación.

A la llamada de apoyo oficial lanzada desde el Consell y a través de todos sus resortes acudieron muchos cargos públicos, aunque eludieron su protagonismo en la cabeza de la manifestación, que fue ocupada por los representantes de las organizaciones agrarias y empresariales que habían convocado el acto. Alguno de éstos se mostró un tanto decepcionado al constatar la tibia respuesta que los ciudadanos alicantinos dieron a esta protesta que, según sus cálculos, debía sobrepasar con creces el número de participantes que recibió. Mientras la marcha avanzaba lentamente, decenas de alicantinos se entretenían comprando en los grandes almacenes: "Piden agua, eso está bien", comentaban algunos clientes. Dos tractores agrícolas, dos camiones de frutas de gran tonelaje y dos coches cuba abrieron la manifestación que transcurrió sin incidentes.La manifestación concluyó con la lectura de un manifiesto que hizo Andrés Martínez, presidente de la Junta Central de Usuarios del Vinalopó, L'Alacantí y La Marina Baixa en el que resumía sus principales reivindicaciones y rebajaba de manera el tono de sus acusaciones y críticas al Gobierno central. Los regantes del Vinalopó, que gestionan 50.000 hectáreas de cultivos, recordaron que la provincia de Alicante padece un déficit hídrico de 350 hectómetros cúbicos, y consideran que los 80 hectómetros del Júcar son necesarios para aliviar la sobre explotación de los acuíferos. Según los convocantes, más de un millón de personas residen en las 38 localidades que abasterá el trasvase, y alguna de ellas como Benidorm tienen un gran potencial turístico con lo cual una población de un millón y medio de personas se beneficiará de esta medida.

En su alocución, Andrés Martínez, aseguró que actuaciones previstas en el programa AGUA del Ministerio son "a todas luces insuficientes". Desde la tribuna de oradores reiteró sus argumentos en defensa de la toma del agua desde Cortes de Pallás, donde las obras han empezado a ejecutarse No obstante, Martínez moderó mucho el tono de las críticas que durante los últimos días había lanzado contra los grupos contrarios al trazado que decidió el Gobierno del PP, a los que ni citó, y contra la ministra Cristina Narbona. El único requerimiento que hizo al Ministerio de Medio Ambiente se concretó en que "reanude de forma inmediata las obras del trasvase, y que las termine tal y cómo están aprobadas, con toda la rapidez posible y con todas las garantías precisas". No hubo ningún descalificativo a nadie, tan sólo una advertencia: "Si alguien hoy consigue destruir ese consenso y romper esos pactos, que sepa que no sólo habrá causado un daño irreparable a estas comarcas alicantinas" ya que calculan que se pondrían en peligro más de 35.000 puestos de trabajo.

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En este discurso, que ponía fin a unos tensos días de descalificaciones y acusaciones mútuas de insolidaridad entre los regantes de La Ribera y del Vinalopó, llamó la atención las numerosas llamadas al consenso y la solidaridad entre los valencianos. "Nosotros no admitiríamos nunca ninguna solución que no sea traer agua que sobra en el Júcar después de satisfacer todas sus demandas, porque todos, usuarios del Júcar y usuarios del Vinalopó, valencianos y alicantinos, todos valencianos, formamos parte de un mismo proyecto, somos parte de una misma comunidad, de esa comunidad en lo social, en lo económico, en lo cultural y en lo político que se llama Comunidad Valenciana", concluyó Martínez.

Vista íntegra de la manifestación desde uno de los edificios de la avenida Maisonnave de Alicante.
Vista íntegra de la manifestación desde uno de los edificios de la avenida Maisonnave de Alicante.OLIVARES NAVARRO

Una avenida muy elástica

Un itinerario muy corto para una manifestación multitudinaria. En Alicante tradicionalmente todas las protestas parten desde las escaleras del Instituto Jorge Juan, llegan a la plaza de los Luceros e inundan la avenida de Alfonso El Sabio. Pero en esta ocasión se estrenó un itinerario en el que los manifestantes se mezclaban con los clientes de los grandes almacenes comerciales de la avenida Maisonnave y podían ofrecer una visión más compacta y numerosa de la marcha. Sin embargo, las previsiones de los organizadores, que esperaban reunir a más de 40.000 personas, no se cumplieron. La avenida Maissonave tiene una superficie de unos 10.000 metros cuadrados, según cálculos del Ayuntamiento de Alicante, y ubicando a tres personas por metro cuadrado (estimación media utilizada habitualmente para calcular manifestantes), se obtendría una participación de unas 30.000 personas. Sin embargo, la Policía Local y el Ayuntamiento de Alicante cifraron en 100.000 el número personas que ocuparon esos 10.000 metros cuadrados. Y más elástica fue la avenida para los organizadores, que los elevaron a 150.000.

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