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Columna
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Clichés

Es una noticia repetida. Hay detenciones problemáticas y detenidos que se quejan de palizas en calabozos o en la calle, y van al juez, y denuncian, y descubren que la policía ya los ha denunciado a ellos por pegarle a toda la patrulla. Pasa con todas las policías, la local, la nacional, la privada, la Guardia Civil. Lo repetido acaba sonando a historia preparada. Entonces, el martes pasado, llega un matrimonio británico que prácticamente asalta la aduana de Gibraltar y ataca a los aduaneros y a tres guardias civiles.

El hombre, en contra de lo que se ha dicho, no tiene 57 años, sino 70. Es miembro de la Cámara de los Lores. Su mujer sí tiene 57 años. Esta pareja, en un altercado en torno a dos botellas de whisky y dos cartones de tabaco, infligió a los especialistas en seguridad "contusiones, politraumatismos, esguinces en las cervicales y en varios dedos de las manos, fuertes contusiones en cuello y espalda". El lord es antiguo alumno de Eton (Evelyn Waugh contaba que una tarde bebía con un capitán que le preguntó por alguien que habría pasado por Eton en los mismos años que Waugh. "Yo no estudié en Eton", contestó Waugh, y el capitán inmediatamente dejó de hablarle), portavoz conservador en la Cámara de los Lores para asuntos de Irlanda del Norte, mayor de Granaderos, campeón olímpico de trineo en los Juegos de Invierno de 1964. Este atleta, a pesar de su edad, su educación y sus altos cargos, puede que le pegara a los guardias, con su mujer, dos aristócratas enrabietados contra tres profesionales que se dejaban pegar por un anciano y una anciana en ciernes que sufrió "leves contusiones" mientras los guardias las recibían "fuertes". Es verosímil. Pero la usual exageración de los partes médicos y el cliché siempre repetido no ayudan a la Guardia Civil.

Hay cosas que cambian. El encabezamiento de nuestras facturas de la luz quizá cambie por movimiento de acciones y capitales entre Endesa y Gas Natural. ¡El capital catalán, la Caixa, se apodera de la energía española! En una caja de ahorros andaluza, en una cola, oigo que lo que quieren los catalanes es joder a España. Entrevistado en Radio Sevilla por María Esperanza Sánchez, el presidente Chaves, que parece ver bien "la unión empresarial del gas y la electricidad", pide que la nueva sociedad energética pague impuestos por los beneficios en Andalucía. Esta idea de Chaves no es un cliché. Es nueva, revolucionaria.

El sistema tributario vigente señala que los impuestos propios de la Junta recaen sobre el bingo, la emisión de gases, los vertidos a las aguas litorales, los depósitos de residuos radioactivos. No habla del impuesto andaluz sobre los beneficios empresariales. No sé de ninguna empresa internacional o nacional, en Andalucía, a la que se le pida ese impuesto. No sé si se le ha pedido a Caja Madrid, hoy accionista mayoritaria de Endesa. Pero habrá que cobrarles impuesto a los catalanes, tan especiales, con su antigua pertenencia al imperio carolingio, su rebelión contra el primer rey borbón de España, sus polvorientos anarquistas de 1919, sus empresarios de la emigración, su lengua tan suya y su Club de Fútbol Barcelona.

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