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Reportaje:TENIS | Open de Estados Unidos

Federer, el hombre intocable

El suizo gana a Nalbandian con un juego extraterrestre y encandila con su personalidad

No es una persona que pase inadvertida. Ni mucho menos. Roger Federer no es sólo el mejor jugador de tenis del mundo, sino que, además, encandila por su personalidad. En la pasada madrugada española, el suizo, de 24 años, volvió a constatar la calidad de su juego y se impuso al argentino David Nalbandian por 6-2, 6-4, 6-1 en 1 hora y 40 minutos. Se clasificó así para una de las semifinales el Open de Estados Unidos, en la que se enfrentará al australiano Lleyton Hewitt. La otra la disputarán los estadounidenses Andre Agassi y Robby Ginepri. "Está claro que Roger juega un peldaño por encima del resto de tenistas", se limitó a reconocer Nalbandian, que le había ganado en sus cinco primeros enfrentamientos, pero lleva ahora tres derrotas consecutivas.

Tenísticamente, su camino hacia la final no parece tener barreras. En su trayecto, sólo ha perdido una manga, ante el alemán Nicolás Kiefer en los octavos de final. Y él mismo se creó expectativas ante el partido contra Nalbandian. "No nos hemos enfrentado desde enero de 2004 y habrá que ver cómo hemos evolucionado cada uno en todo este tiempo. Es un buen reto para mí", confesó el suizo.

En la pista, el suizo es tan superior que algunas veces da la sensación de que juega al gato y al ratón buscando la forma más espectacular de concluir cada punto. Es completo, tiene todos los golpes y los distribuye de forma espectacular. Su servicio le saca de los apuros. Y las aceleraciones que consigue, especialmente con su drive, dejan sin capacidad de reacción a sus rivales. "Suelo trabajar todos los aspectos", respondió cuando alguien le preguntó qué hacía para jugar así. "Hay que ser fuerte, hacer pesas, coger resistencia pero ser explosivo en las arrancadas". Técnicamente, necesita pocas ayudas, aunque contrató a Toni Roche diez semanas al año. "Hablamos más de sensaciones que de otras cosas", explicó Federer, que ha ganado 33 partidos seguidos en pistas rápidas. "Una vez le llamé para consultarle algo de un partido y me respondió que no lo había visto", concluyó sonriendo.

Sin embargo, fue hablando sobre los efectos del huracán Katrina cuando más se valoró su personalidad. "No hay que plantearlo desde un punto de vista local. No hay que decir: que Dios bendiga a América, sino que Dios bendiga al mundo. Porque estamos todos juntos en esta causa", respondió. Y cuando le insistieron sobre si en el futuro pensaba dedicarse a la política, agregó: "Sé que todo eso es en el fondo una cuestión política, pero yo me inclino más por ayudar a los demás de otra forma, como embajador de la paz, más como Muhammad Ali que como Arnold Schwarzenegger".

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