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Reportaje:TEATRO

La 'commedia' trepidante

Javier Vallejo

La actual temporada trae una avalancha de shakespeares (sólo en el Festival de Otoño hay seis), algún clásico español y pocos ejemplos de commedia dell'arte, tercer pilar sobre el que se edificó la Edad de Oro del teatro europeo. El mercado del teatro clásico lleva años copado por el autor isabelino. La introspección de Hamlet ha ganado la batalla al despreocupado Arlecchino, y a Segismundo. Detrás de este dominio, está el del mundo anglosajón sobre el mediterráneo, y el de la escritura sobre otras formas de transmisión cultural: los actores italianos improvisaban sus comedias a partir de canovacci (guiones), que es difícil poner hoy en escena con un aire equivalente al que tuvieron. Hace falta un trabajo ímprobo. Felizmente, hay quien se lo toma: en España, apenas un par de compañías. Teatro del Finikito, la más veterana, organiza en Alcalá de Henares a comienzos del verano un festival internacional, Del Arte della Commedia, punto de encuentro para aficionados y especialistas. Dei Furbi, la segunda, dirigida por Gemma Beltrán, ha ensayado durante tres espectáculos consecutivos la puesta al día del género. Beltrán escribe obras a la manera de la commedia dell'arte, como hicieran Gozzi y Goldoni en su día o, más recientemente, el Théâtre du Soleil (La Edad de Oro). En Divertimento, segundo espectáculo de Dei Furbi, su directora planta en Barcelona a un Pulcinella andaluz y trilero, a un Arlecchino cocainómano, servidor de tres amos (para sumar tres sueldos mínimos), y a La Peste, individuo con negocios inmobiliarios. En Tocata y fuga, espectáculo que se representa hoy en castellano en la Fira de Tàrrega (Lleida), Beltrán y compañía redondean sus logros.

Tocata y fuga arranca con

una pantomima clásica: la de la mano cortada con vida propia. Anna Sahun la hace fluida, exacta, asombrosamente divertida. La mano sin brazo es de la prometida del príncipe Luxur, que le devuelve su anillo porque se ha enterado de que quiere a otra. Nadie ama a quien debería en esta comedia de equívocos. A Beltrán le gusta meter a sus personajes en camisa de once varas, y mostrarles la boca del cuello y de las mangas cuando parecían definitivamente enredados. Sólo usa dos máscaras de la commedia clásica: el zanni (el criado tonto que sabe más que el hambre: en este caso una zannia muy divertida encarnada por Èlia Corral), y el capitano, versión renacentista del soldado fanfarrón. Les acompaña un grupo de aristócratas y de cortesanos atemporales, aunque vistan ropa del settecento. Beltrán y Dei Furbi llevan el juego escénico con musicalidad, a veces a un ritmo trepidante. Tienen vis cómica, y la rapidez de reflejos de los actores del vaudeville estadounidense y del cine mudo. Charlot y Keaton fueron, sin proponérselo, las últimas estrellas de la commedia dell'arte: el número en que Chaplin se comía los cordones de los zapatos es una traducción del lazzi en que Arlecchino se come la mosca. Por medio hay cuatro siglos de progreso, pero el hambre es la misma.

Beltrán teje su relato en torno a tres líneas de fuerza: el sexo, el poder y la lucha por la subsistencia, y lo trufa con alusiones a la actualidad y a los clásicos. Hay en Tocata y fuga escenas memorables. Van dos: el intrigante ministro Orlando, la princesa oriental Isotta y Tristán, su amante, beben una pócima amorosa y se convierten cada uno en el perro del otro, pero hay que ver cómo. En la segunda, los cortesanos conducen a la zannia y a su comadre Zerlina por los pasadizos de palacio, rumbo a las mazmorras ("un sitio que abre las veinticuatro horas"), creando con la imaginación un intrincado laberinto inexistente. Así recreaba Els Joglars los sótanos de El Vaticano en Columbi lapsus, su mejor obra.

Dei Furbi es una compañía de verdad en un tiempo en el que quedan pocas. Entre Divertimento y Tocata y fuga los actores han crecido, sobre todo los más jóvenes: Ester Cort y Èlia Corral. El grupo tiene un nivel homogéneo, sin fisuras. Hace sus espectáculos en doble versión: en catalán y en castellano. Vi el preestreno de la versión castellana en Del Arte della Commedia, festival único en su género en España, que merece recuperar el apoyo que el Ayuntamiento complutense le brindó hasta 2004.

Tocata y fuga. Tàrrega. Espai San Miguel. 10 y 11 de septiembre.

Ester Cort, Anna Sahun y Juan Carlos Martel (sustituido por Robert González).
Ester Cort, Anna Sahun y Juan Carlos Martel (sustituido por Robert González).ROS RIBAS

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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