"Una gran historia americana"
"Nunca vi a Jim Braddock como al hombre que viviera para boxear, pero sí como al gran luchador que usó sus puños para escapar de la miseria en la que se encontraba sumergido junto con su familia", afirmó ayer Russell Crowe en la Mostra. "Lo que me interesó de esta historia no fue en sí la figura del púgil, sino su honestidad, lealtad y devoción a la familia, sus prioridades y valores éticos. Combatió con adversarios potentes, como el hambre y la humillación. Vivió siempre comprometido con la gente que le tendió la mano".
Crowe recordó las enseñanzas valiosas que le ha dejado el teatro británico: "He aprendido que un actor debe amar su papel, pero sobre todo debe adorar la profesión. Si te enamoras profundamente de tu personaje, corres el riesgo de perder el equilibrio y no interpretarlo con objetividad. Pero en este caso no pude contenerme. Me sumergí con todo mi ser y pasión en su persona, a la que he aprendido a admirar profundamente. El legado moral que me ha dejado Braddock es enorme. Es una gran historia americana y la mejor experiencia de mi vida".
El actor señaló la Gran Depresión como otro personaje fundamental en el filme. "El villano no son sus temibles contrincantes, sino la pobreza. Se trata de un momento histórico muy importante del país porque nos recuerda hoy a todos que, hasta hace poco, la abundancia no era una norma. Había extrema miseria y la gente tenía que hacer colas para poder comer. Se instituyeron entonces estructuras de bienestar social. La riqueza no es un derecho absoluto. Ésta es una buena oportunidad para hacérselo recordar a la gente", señaló.
Heridas profundas
El realizador Ron Howard también cree en su país. Y lo demuestra con esta recreación ejemplar del sueño americano, tocando las heridas profundas sin caer en la retórica. "Mi objetivo era llevar este periodo a la pantalla dándole una nueva visión dramática. Y es que es más fácil recurrir al pasado para referirnos a los problemas de la América de hoy. Si esto da pie a debates y reflexiones, entonces habrá valido la pena el enorme esfuerzo artístico", dijo. "También era importante resaltar el ejemplo imperecedero de la vida de Braddock. Su historia tiene que ver con la redención y el poder de decisión, que continúan siendo los motores de la cultura de nuestro país, así como los sacrificios que los hombres tienen que hacer día tras día", añadió.
Renée Zellweger se refirió a la importancia de la figura femenina en aquel entonces. La rubia actriz da vida al personaje de Mae, una mujer fuerte, racional y amante de su marido en una época en que las mujeres no tenían voz. "Lo que me emocionó de Mae es que a través de ella Jim consigue todo lo que se propone. Ella y los niños son su gran motivación para hacer frente a la adversidad. Es una mujer que tiene mucha confianza en sí misma, algo poco usual entonces. Definitivamente, ella fue el verdadero timón de la familia Braddock", concluyo complacida.
Babelia
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