Sede social en Barcelona y un complicado equilibrio territorial

Con Caja Madrid y La Caixa como accionistas de referencia de Endesa y Gas Natural, una de las claves de la operación reside en un complicado juego de equilibrios territoriales. Gas Natural persigue volver al viejo modelo de la Endesa pública y crear sociedades anónimas en las comunidades en las que Endesa está implantada (Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias y Cataluña), lo que haría que tributaran en estas autonomías. El grupo resultante de la operación contaría con la sede social en Barcelona y dos sedes corporativas, Madrid y Barcelona.

Las reacciones desde Madrid y Cataluña eran ayer muy dispares. El vicepresidente primero del Ejecutivo madrileño, Ignacio González, manifestó "desconocer los detalles de la operación", pero avanzó que, "parece una nueva vuelta de tuerca de Montilla contra Madrid a favor de Cataluña". "Esperamos", explicó, "que, se si confirma la operación, los organismos reguladores y los propios accionistas lo paren. Se trata de una concentración empresarial que perjudica al consumidor", informa Vicente G. Olaya.

El Gobierno catalán mostró ayer su satisfacción por la oferta, y avanzó que "no interferirá" en un proceso en el que la iniciativa corresponde a las empresas y sobre el que aún deben decidir los organismos reguladores, según el consejero de Economía y Finanzas del Ejecutivo autónomo, Antoni Castells. "Cuando la operación Gas Natural-Iberdrola no prosperó, criticamos las interferencias políticas que motivaron ese fracaso. No vamos a hacer ahora lo que entonces criticamos", dijo.

La OPA supondría una fuerte concentración de un único operador energético en Catalunya, ya que Endesa y Gas Natural son dominantes en el mercado catalán. La solución a esta cuestión podría pasar por la enajenación de algunos activos de Endesa en Catalunya, según fuentes del mercado.