_
_
_
_
Tribuna:DESDE MI SILLÍN | Vuelta 2005
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Te gusta conducir?

Había una vez un famoso anuncio que terminaba con un pregunta retórica: ¿Te gusta conducir? El mensaje era una reflexión que te encaminaba a dar una respuesta a esa duda existencial. Una respuesta que debía ser afirmativa: sí, claro que me gusta, por eso he de comprarme ese coche. Porque si la respuesta era negativa, apaga y vámonos, te venía a decir, que para eso no nos gastamos nuestros dineros en publicidad.

Pero, dado que te gusta conducir, y viendo como está el tráfico, ¿por qué no te compras una bicicleta? Porque se anda en bicibleta, se lleva o más bien te lleva de un lado a otro, se dirige, pero también se conduce. Además, es más sano, más ecológico para un planeta cargado de polución, y mucho más agradable. También más duro, sobre todo si es cuesta arriba, pero cuesta abajo cambian las tornas, que a ver qué vehículo es capaz de recorrer tantos kilómetros a tal velocidad con tan poco gasto de energía.

Más información
Heras no es contrarrelojista

¿Te gusta conducir? Sí. O sea, que te gusta sentir como vas dejando atrás metros y metros de asfalto; te gusta inclinar y contrainclinar tu cuerpo con fluidez hasta donde te lo permite el límite de adherencia de tus neumáticos; disfrutas viendo cómo los paisajes y las perspectivas van cambiando continuamente a tu alrededor; o te emocionas cuando haces una subida y ves que gracias a tu esfuerzo has conseguido llegar hasta ahí arriba. Sí, el viento en la cara al ritmo de la bicicleta, eso es vida. Un ritmo que ni es tan apresurado como el de cualquier vehículo a motor, ni tan lento como el de ir caminando. Con el primero no tienes tiempo de sacar jugo mientras que el segundo es un ritmo de iniciados que muy pocos saben apreciar.

Sí, a mí también me gusta, como no. Pero cometí un error, que fue el de meterme a ciclista. Aún no sé ni cómo ni porqué, incluso ni cuando, pero un día me vi aquí y ya no pude salir. Aún busco culpables. Ahora yo disfruto de todo eso con cuentagotas, tan solo en algunos entrenamientos, porque cuando llegan las carreras la historia es otra. Ahora bien, aún hay días (pocos), como el de ayer, en los que puedes sentir todo esto en competición. Tú sales tranquilo, tu consigna es recuperar fuerzas para el día siguiente; tu compañero de habitación se puede poner líder (así ha sido) y te esperan dos días muy duros de montaña (así será). Y me apliqué el cuento.

Pedro Horrillo es corredor del equipo Rabobank

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_