_
_
_
_
MI AVENTURA | EL VIAJERO HABITUAL
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El corazón de Francia

EL VIAJE que nos llevó hasta el corazón de Francia al inicio del verano tenía el aroma del reencuentro. Un buen amigo y unos días para descubrir un paisaje salpicado de espesos bosques, de legendarios castillos, de góticas catedrales... y de historia, mucha historia.

La carretera que une París con Lille te conduce, pasado el parque temático de "unos locos romanos y sus amigos galos", a una bella ciudad llamada Compiegne, imperial, como dicen los carteles, por la gracia de Napoléon. A pocos kilómetros de sus calles empedradas brota el bosque que lleva el nombre de la ciudad y, en su interior, el Claro del Armisticio: allí, en 1918, firmaron la rendición los ejércitos del káiser; allí, poco más de dos décadas después, el Tercer Reich repitió el acto invirtiendo los papeles... Hay un estremecedor museo que recuerda la sangre derramada en aquellos parajes.

Con mejor ánimo al atravesar pequeños pueblos y verdes praderas, llegamos hasta Senlis. Preciosa su catedral en el centro de la villa, rodeada de estrechas calles y pequeños cafés en los que no faltan alusiones a Juana de Arco... En días sucesivos visitamos Chantilly, donde el hipódromo rivaliza en espectacularidad con el castillo. Yo, que no tengo caballo, me sentí más atraído por este último, sobre todo cuando reconocí en sus oscuras piedras la morada del villano Christopher Walken en singular lucha contra Roger Moore en una de las entregas de Bond, James Bond. Claro que, para castillos, el de Pierrefonds, que se alza majestuoso junto a un pequeño lago. Desde las terrazas ubicadas en la orilla, uno no puede dejar de imaginar mil historias contemplando la altivez de sus almenas coronando las altas copas de los cientos de árboles que hacen de semejante marco un lugar soñado y, según nos cuenta nuestro anfitrión, descrito por Alejandro Dumas en alguna de sus novelas.

Al caer el sol, la charla en el coche es animada y yo recuerdo las palabras de Baudelaire que escribió, quizá, no lejos de allí: "... las tinieblas verdes en las tardes húmedas del verano...".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_