El enemigo en casa
Sherlock Holmes le pide a Watson, durante un viaje en tren, que describa lo que ve a través de la ventanilla, y, tras escucharle, le replica: "Donde usted sólo ve un paraje idílico, yo veo un caserío aislado, y barrunto las tragedias que fermentan en tales lugares, y la soledad de las víctimas". Cuanto más enquistado está un hogar, más impunemente puede hacer y deshacer en su seno una personalidad psicopática. Aislada está la quinta a la que Don Gutierre ha trasladado a Mencía, su esposa, en El médico de su honra, de Calderón, y sola y sin criados la deja la noche en que decide aplicarle la cura definitiva. Igual de retirada está la casa cuartel de la Guardia Civil a la que Ernesto Caballero ha trasladado la acción de esta tragedia en su obra Sentido del deber, que presenta el 15 de septiembre en la sala Ítaca, de Madrid, y que él mismo dirige. En esta versión del clásico, Don Gutierre es el guarda civil Gutiérrez; el rey Don Pedro aparece transmutado en el sargento Reyes, comandante en plaza, y Mencía, en una bella guardia civil médico, que antes de casarse con Gutiérrez tuvo amores con un compañero. Caballero (Madrid, 1957) sigue la trama original paso por paso, y traduce con habilidad los amoríos frustrados, los celos y los equívocos, hasta llegar al asesinato, frío y desapasionado. "Desde la perspectiva del protagonista, su crimen restituye el orden patriarcal perdido, es un acto ejemplarizante, casi un manifiesto", explica el autor durante un ensayo. "Él mata por sentido del deber, como se hacía hace 400 años". Hay en esta obra algún eco de Los cuernos de don Friolera, que se desvanece en el montaje, porque los papeles masculinos son asumidos por actrices. Natalia y Susana Hernández encarnan a las guardias civiles, y, Beatriz Gras, Carmen Gutiérrez y Nerea Martín interpretan con igual naturalidad a sus compañeros de cuartel. Las cinco se turnan, además, en el papel de corifeo.
Pared, de Itziar Pascual, que se estrena el 22 de octubre en el Festival Madrid Sur, con dirección de Roberto Cerdá, aborda un tema similar desde otro ángulo. En Sentido del deber la violencia explota. En Pared, es cotidiana, se acumula y va in crescendo. Pascual (Madrid, 1967) retrata a una víctima que sabe lo que le aguarda, pero no cómo evitarlo. Su hijo la machaca a diario, y su esposo no se pone como hay que ponerse: a su lado y sin fisuras. Entre el asfixiante pisito interior en donde vive María Amparo, la protagonista, y el que habita su vecina escritora, sólo hay un tabique: de ahí el título. La autora madrileña cuenta sin desgarro, alterna los soliloquios breves y poéticos de María Amparo con los de su vecina, deja entrever más de lo que dicen, y usa el humor cuando llega el momento crítico. Roberto Cerdá, más que un espectáculo, quiere hacer de Pared un "documental poético sobre la violencia de género": ha subtitulado la obra así, y le ha añadido un prólogo y dos paréntesis. En el prólogo, se escucha la voz en off de un maltratador. "Ha sido muy difícil obtener un testimonio cierto. No salen fotos de maltratadores en la prensa, su identidad está protegida en las cárceles, no se identifican como tales en las terapias". Durante el primer paréntesis, Ana Wagener y Cristina Pons, intérpretes de esta función, leen sentencias firmes de casos de maltrato. "En una, un juez considera atenuante de un delito de violación el que el acusado fuese guardia civil, alegando que 'un guardia civil es un servidor de la paz y de la seguridad'. En otra, el hecho de que su sobrina no era virgen actuó como atenuante en el caso de un señor que la obligó a hacerle una felación. Leídas estas sentencias, lanzamos al público una pregunta que tal vez dé lugar a un debate". Durante el segundo paréntesis, intérpretes y espectadores comparten la lectura de un listado de víctimas recogido por la autora.
Pared se representa en todas las ciudades sede del Festival Madrid Sur: Fuenlabrada, Parla, Alcorcón, Leganés, Aranjuez y Getafe, y en la Muestra de Teatro de Autores Españoles Contemporáneos, de Alicante. Sentido del deber comienza gira el 8 de noviembre en el Teatro Bretón, de Logroño.
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