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CIENCIA FICCIÓN
Columna
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'Valiant', o de palomas y campos magnéticos

Durante la II Guerra Mundial, Valiant, una paloma anónima, sueña con ingresar en el elitista Cuerpo Real de Palomas Mensajeras y servir a su país en su titánica cruzada contra los nazis. Pese a su ineptitud para el puesto (no da la talla necesaria), consigue enrolarse y termina al frente de una delicada misión: transportar información vital sobre el desembarco de Normandía a través del canal de la Mancha. Para ello, tendrá que hacer frente a un temible escuadrón de halcones, capitaneados por el malévolo general von Talon... Argumento perteneciente al filme de animación Valiant (2005), última entrega de la factoría Disney dirigida por Gary Chapman. La película constituye un velado homenaje a las palomas mensajeras, que coparon 31 de las 53 distinciones concedidas a animales durante la contienda bélica.

Al circular por un entorno extraño, solemos orientarnos con un mapa (o su versión moderna: un dispositivo GPS). Ocasionalmente, una brújula o técnicas basadas en la observación de la naturaleza (como la predominante formación de musgo en la corteza de los árboles orientada al norte) pueden ayudarnos a encontrar el camino. Tanto las aves migratorias como las palomas mensajeras carecen de brújulas y mapas, y sin embargo poseen un sorprendente sentido de orientación. ¿Qué mecanismo emplean dichas aves para no perderse? Algunos estudios han demostrado que las aves utilizan la posición del Sol (o las estrellas, en el caso de vuelos nocturnos) o el campo magnético terrestre para orientarse. En un experimento realizado por científicos de la Universidad de Cornell (EE UU), se trasladó un grupo de palomas a unos 80 kilómetros de su hábitat. A sus espaldas, se adosaron sendas plaquitas, unas de latón y otras de material magnético. Al estar el día muy nublado, podía excluirse la orientación por el Sol y, así, evaluar el papel desempeñado por el campo magnético terrestre en su orientación. En el experimento, todas las palomas con placas de latón regresaron a sus hogares; no, en cambio, aquellas a las que se adosaron placas magnéticas... Por el contrario, al repetirse el experimento en un día soleado regresaron todas las palomas. De esto se dedujo que el mecanismo de orientación fundamental para las palomas es el Sol, y que sólo en casos en que dicha referencia no resulta accesible (en días nublados, por ejemplo), lo hacen mediante el campo magnético terrestre. Las causas de esta sensibilización al magnetismo terrestre no están firmemente establecidas. Según dos biólogas de la Universidad de Francfort, la piel que recubre parte del pico de las palomas mensajeras contiene pequeñas cantidades de magnetita, mineral de óxido de hierro que reaccionaría de forma similar a la aguja de una brújula, facilitándoles mantener el rumbo...

Pese a que el campo magnético terrestre posee una intensidad pequeña (0,5 gauss), son diversos los animales que, de uno u otro modo, dependen total o parcialmente de éste para su orientación: desde bacterias magnetotácticas, que viven en el fondo de los pantanos y aguas cenagosas, a abejas, termitas, hormigas, aves migratorias, o tortugas. La causa final se debería a la presencia de partículas magnéticas en sus organismos. Así, por ejemplo, se ha encontrado magnetita en el abdomen de abejas vivas o en el cráneo de pichones y atunes de aleta amarilla. Existen indicios de la presencia de partículas superparamagnéticas en estos individuos (en las abejas, en particular) que podrían responder rápidamente a variaciones del campo magnético. De esta forma, dispondrían de una especie de sensor de la variaciones magnéticas del ambiente durante el vuelo. También se ha estudiado la respuesta de las hormigas a campos magnéticos: al colocar imanes intensos cerca de nidos artificiales de hormigas Acromyrmex octospinosus, éstas evitaban las regiones cercanas a los imanes. Otra especie de hormigas, las Formica rufa, fueron condicionadas a buscar alimento en la dirección Norte magnética. Al alterar dicha dirección, la mayoría de las hormigas fueron a buscar alimento hacia el nuevo Norte magnético. Esto significa que las hormigas son capaces de usar la dirección y el sentido del campo para desplazarse a un lugar específico. Y como Valiant, sin mapa, ni GPS. O como Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como.

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