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Reportaje:Vuelta 2005

Las conspiraciones y Bruyneel

El director de Armstrong desmonta otra confesión reveladora de otro ex auxiliar del equipo

Carlos Arribas

En la salida, en Granada, Johan Bruyneel busca la sombra. La encuentra. Guiña un ojo. Sonríe. Se hace el interesante. Atrae la atención de un auditorio que le ha entrado, de primeras, preguntándole, con suavidad, por esa maravilla que se llama Tom Danielson, un ciclista norteamericano de 27 años que ha pasado por varios equipos, incluido el Fassa Bortolo, antes de recalar en el Discovery.

Pero Bruyneel, que simplemente ha dicho que tranquilos, tranquilos, con Danielson, no lo vamos a fastidiar diciendo que es el nuevo de Armstrong, se ve inevitablemente compelido a contar la última historia que concierne a Armstrong. Y la cuenta.

"Son como setas. Cada día sale un ex auxiliar descontento de nuestro equipo que llama a un periódico y le cuenta todos los secretos, todas las maldades de Armstrong", dice, irónico, el director del Discovery Channel. "Ahora es uno al que despedí por vago que dice en un periódico holandés que antes del Tour del 99 yo estaba preocupado por el hematocrito de Lance y que le dije que chitón, que no podía hablar. Bueno, pues este auxiliar, llamado Ron Jongen, que estaba contratado por días, que no era fijo en el equipo, sufrió un infarto de miocardio aquel año y cuando volvió a trabajar dijo que no podía llevar maletas ni hacer trabajos duros, por lo que, terminado el Tour le dije que se buscara otro trabajo". Después de una masajista irlandesa y de un ayuda de cámara americano, Jongen es la tercera persona que dice haber estado cerca de Armstrong que siente la llamada del morbo, la necesidad de contar al mundo las maniobras del ciclista que ha ganado siete Tours. "Pero esta vez se pasa de exagerado", añade Bruyneel. "Porque para demostrar su cercanía Armstrong les ha dicho a los del periódico holandés que él fue uno de los pocos del equipo que acudió a una recepción de Bill Clinton terminado aquel Tour, y dijo también que llevábamos la orden de no hacerle preguntas al presidente, porque por entonces estaba lidiando el problema de Monica Lewisnki. Pues bien, resulta, que Clinton recibió en solitario a Lance, que nadie más del equipo, ni siquiera yo, fue invitado".

"Son como setas. Cada día sale un descontento que llama a un periódico"
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Bruyneel, gran actor, sabe hacerse perfectamente a la vez el ingenuo, el interesante, el enterado, el director. Sabe también añadir combustible a la caldera en la que cuece, cada vez con más fuerza, la teoría de la conspiración como base física sobre la que se han armado las informaciones referentes al hallazgo de EPO en la orina congelada de Armstrong proveniente del Tour del 99. "Yo lo sé desde el 99, desde el día siguiente en que ganó Armstrong en Sestriere", dice Bruyneel. "Me acuerdo, y nunca me olvidaré, de la portada de L'Équipe de aquel día. Decían que Armstrong provenía de otro planeta. Eso lo dice todo". Y Bruyneel, que también sabe ser cómplice de aquel a quien le regala sus reflexiones, termina guiñando de nuevo el ojo. "Pero si hasta vosotros, los periodistas no franceses, lo habéis escrito muchas veces. Siempre sois vosotros los que habéis dicho que los franceses están amargados porque llevan 20 años sin ganar el Tour...", termina.

Lance Armstrong habla con su director, Johan Bruyneel, durante el último Tour.
Lance Armstrong habla con su director, Johan Bruyneel, durante el último Tour.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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