"Ahora es raro que triunfe en televisión un programa normal"

Bertín Osborne se ha convertido en todo un clásico de la televisión familiar. Menudas estrellas, Esos locos bajitos... son espacios que han revelado a un presentador divertido y cercano, que hace de la espontaneidad un estilo personal. Además, ha conectado de manera inmejorable con los espectadores más jóvenes. Ahora triunfa la noche de los viernes en TVE con Ankawa (22.00), un programa que acerca al espectador al mundo de los animales con el sentido del humor como bandera.

Pregunta. ¿Cómo lleva ser casi un ídolo para los niños y un referente en programas familiares?

Respuesta. Pues se lleva muy bien, aunque en realidad eso de que se me identifique con los más jóvenes ha sido casualidad, no algo que yo haya buscado. Pero me gustan los programas que pueda ver toda la familia. Y también que se me asocie con los niños; además, ellos arrastran a los mayores a ver lo que les interesa.

P. ¿Es heroico triunfar con un programa familiar como Ankawa, tal y como están las cosas?

R. Pues casi, porque estar ahí, compitiendo, y varias semanas como líderes no es nada fácil. Ahora, es raro que triunfe en televisión un programa normal. Yo creía que iba a ir bien, pero no tanto, desde luego. Y eso, en gran parte, es gracias a los jóvenes. Y también gracias a TVE, que ha apostado por un espacio de este tipo y también por otros similares como ¡Mira quién baila! o Gente de primera, programas para todo el mundo, sencillos; es una apuesta arriesgada. Yo a TVE se lo agradezco y la felicito al mismo tiempo.

P. ¿Es más difícil trabajar con niños que con adultos?

R. Es más difícil, pero mucho más divertido. Es difícil por lo imprevisible, nunca sabes cómo puede reaccionar un niño; no puedes ensayar, no puedes repetir... Si los tratas como a inferiores ni siquiera te van a hablar, si te acercas como un igual es cuando funciona. También hay que estar preparado para huir del guión, que es una cosa que yo no utilizo. Sí utilizo la escaleta pero me gusta ir a mi ritmo, así nace lo espontáneo.

P. El hecho de que se le identifique tanto con programas familiares ¿puede llegar a aburrir?

R. Las etiquetas me dan igual si puedo seguir trabajando en lo que yo quiero, y a mí me interesa conectar con un público normal, no soy nada pretencioso, quiero gustar a la gente de la calle.

P. ¿Hay algún proyecto que aún no haya realizado?

R. No me gustaría retirarme sin haber presentado un late night (programa de madrugada).

P. ¿Recuerda alguna anécdota especialmente divertida desde que empezaron a grabar Ankawa?

R. Que se escape un tigre por los pasillos, ¿te parece poco? O un cocodrilo, que yo no sabía que corrían tanto. O peleas entre animales en los camerinos... Siempre están pasando cosas divertidas.

P. Es decir, que con Ankawa está de lo más feliz.

R. Ankawa va para mucho tiempo, hay que tener en cuenta que solucionamos a TVE dos horas y media de programación en un horario de máxima audiencia y con tres o cuatro puntos por encima de la media de la cadena. Tendremos que hacer algún retoque, pero vale para todo el año, no es un programa veraniego.

P. ¿Es cierto que la televisión abre caminos profesionales, o también supone un encasillamiento?

R. Un poco de todo, pero casi más lo segundo. Puede ser muy agradecida y también muy ingrata a la vez. Si fracasas corres el riesgo de desaparecer del mapa, por eso es un arma de doble filo. Pero, aunque sea un riesgo, mientras me divierta, a mí me compensa.