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GENTE

Dino Risi busca un productor para su parodia de Berlusconi

El protagonista de 'La escalada' es un vendedor de cacerolas que llega a presidente. "Ríen como locos cuando leen la historia, pero no se la quedan", cuenta el cineasta

Enric González

Dino Risi, el gran patriarca de la comedia italiana, sigue trabajando a los 89 años. El autor de La escapada ha terminado un guión sobre un vendedor ambulante de cacerolas que, tras una serie de circunstancias rocambolescas, se convierte en presidente de la República de San Marino y hace del minúsculo país un imperio mundial del juego y el cotilleo. Risi, por el momento, no ha encontrado productor, porque su guión tiene un problema: se trata de una parodia sobre el imparable ascenso de Silvio Berlusconi.

"Los productores ríen como locos cuando leen la historia, pero no se la quedan", contaba ayer el director italiano en el Corriere della Sera. Y añadía: "Lo he pensado mucho y creo que el único que podría producir la película sería el propio Berlusconi: tiene sentido del humor, ama el cine tanto como el fútbol y, en general, aprecia todo lo que atrae a las masas". A Risi le gustaría que el filme se realizara y estrenara antes de las elecciones generales de la primavera próxima, pero no le parece probable que suceda. "Es que Berlusconi anda ocupado con otras cosas", comenta.

La historia, que lleva como título provisional La escalada, cuenta las peripecias de un vendedor ambulante que un día salva a un tipo que está a punto de ahogarse. El rescatado es el presidente de San Marino y, agradecido a su salvador, se lo lleva a su diminuto país. En poco tiempo el vendedor se convierte en amante de la esposa del presidente y cuando éste fallece maniobra con habilidad y se queda con la viuda y con la presidencia.

La habilidad del protagonista para el engaño es tan refinada, que cuando al fin le asesinan resulta que el muerto es un doble: el vendedor de cacerolas ya ha huido al Caribe con el dinero.

Todas las obras de Risi han reflejado con mordacidad extrema la realidad social italiana, sin tocar de forma directa la política. "Porque la política no existe", explica, "existe solamente el ansia de poder". A Berlusconi, hacia el que no siente demasiada admiración, lo conoce desde hace muchos años. Desde una noche en que, como magnate incipiente de la televisión privada y el cine, invitó a cenar en su residencia a un grupo de cineastas. Berlusconi y Fedele Confalonieri, que le acompañaba al piano en su época de animador de cruceros y hoy dirige el imperio Mediaset, interpretaron La vie en rose para los invitados. Antes de marcharse, Risi dejó sobre la mesa un billete de 10.000 liras "como propina para los músicos".

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