Impotente Valencia
El cuadro de Quique se queda fuera de Europa, eliminado por un Hamburgo vulgar
Un rival vulgarísimo, repleto de músculos y de defensas, apeó ayer de la UEFA al Valencia, que sigue la corriente del pasado curso: pura decadencia. Le llegó en mal momento esta cita decisiva al cuadro de Quique, con algunos jugadores muy desgastados (Albelda, Baraja, Rufete y Angulo, por ejemplo) y con los nuevos todavía en el limbo (mal Kluivert y Villa). Tampoco Quique arriesgó lo más mínimo: hasta el minuto 70 no jugó con dos delanteros, cuando entró Di Vaio por Baraja. Y Fabio Aurelio actuó en el centro, dejando sólo a tres defensas. No es que mejorara gran cosa, pero podría haberlo intentado antes. Porque para entonces ya estaba Aimar desfondado. Y Vicente siguió la noche desenfocado. Se le dan mal los alemanes. En contra de lo que esperaban de él sus entrenadores, Vicente no fue el de la selección sino un extremo previsible que abusa de la conducción del balón y no halla ni el centro ni el quiebro justo.
VALENCIA 0 HAMBURGO 0
Valencia:Cañizares; Albiol, Ayala, Moretti, Fabio Aurelio; Rufete (Angulo, m. 58), Albelda, Baraja (m. 70), Vicente; Aimar y Kluivert (Villa, m. 46).
Hamburgo: Wachter; Demel (Reinhart, m. 60), Boulahrouz, van Buyten, Atouba; Wicky, Jarolim (Trochowski, m. 84), Beinlich (Mahdavikia, m. 46); Van der Vaart; Lauth y Mpenza.
Árbitro: Laurent Duhamel. Amonestó a Aimar, Boulahrouz, Lauth, Albelda,
Unos 45.000 espectadores en el estadio de Mestalla. El Hamburgo se clasifica para la próxima edición de la Copa de la UEFA al hacer valer su triunfo del partido de ida, 1-0.
El único desbordante fue Aimar, pero se topó con un espeso Baraja, su mejor aliado de los últimos años, sin fondo físico para un partido tan exigente. Fundido. Parecido puede decirse de Albelda, antaño gran recuperador de balones, hoy reiterativo hacedor de faltas. De modo que Quique se ha encontrado con dos de los artífices de las dos últimas Ligas valencianistas en horas bajas. Y Sissoko, de 20 años, en el Liverpool.
Grave error. El Valencia, sin delanteros puros en el primero tiempo, presionó demasiado lejos del área alemana, que sacaba el balón silbando. Los dos medio centros, Albelda y Baraja, se situaron a años luz de sus atacantes. Les falta el aliento para esa presión en el cogote del contrario que solían practicar. Queda la nostalgia.
Da la impresión de contar con muchos delanteros (Di Vaio, Mista, Villa y Kluivert), pero en realidad a Quique le falta dinamita. Al menos, ayer no dispuso de ella, con Kluivert como único punta en el primer periodo. Y éste es más un pasador que un rematador. Y ni Villa ni Di Vaio olieron un remate.
El Hamburgo, puro hierro en defensa, ha fichado un poco de seda que le permite salir alguna vez de las cavernas, el hispano-holandés Van der Vaart, el único que rompió la zaga local. El pesimismo se extendió por Mestalla en el descanso. Por un razonamiento simple. Si Aimar, que llegaba con la gasolina justa, se había vaciado en esta primera parte sin goles, qué podía deparar una segunda con el argentino agotado. A no ser que Quique empezara a poner delanteros. Villa, en concreto. Sin embargo, ese goleador que el asturiano lleva dentro no ha sido visto todavía por Mestalla, contagiado por la flacidez de un equipo con los huesos desgastados.
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