"Un tercio de la plantilla está dedicado a Internet"

"No hay cliente pequeño para Renta 4", así lo asegura su presidente, Juan Carlos Ureta, que está a punto de cumplir 20 años de dedicación profesional a los mercados. Su firma de servicios financieros, en cuyos albores participaron algunos socios de campanillas como Francisco González, José Usera y Ana Carreras, tal vez sea hoy la única compañía nacional independiente, dirigida al mercado en general, que queda en su actividad en España.

Ureta, de 48 años, es abogado del Estado en excedencia, fue agente de Cambio y Bolsa en Madrid, y es autor de varias publicaciones especializadas en temas jurídicos y financieros.

Pregunta. ¿Es usted el único de los antiguos agentes de Cambio y Bolsa que no ha sucumbido a las suculentas ofertas de compra de grupos extranjeros o de banca nacional?

"Fuimos la primera sociedad de Bolsa inscrita, y después de 20 años somos la última sociedad de inversión española que sigue independiente"

Respuesta. No me gusta el término sucumbir. Hay mucho mito y mucha versión glamurosa sobre los servicios de inversión y éste es un negocio como otro cualquiera. Sin otro secreto que servir bien al cliente. Nosotros empezamos en 1986 con una sociedad muy centrada en la renta fija y en 1999, con la nueva ley de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Renta 4 fue la primera empresa en inscribirse como sociedad de valores. Fue un momento en que cada uno de los socios y cada uno de los antiguos agentes de Bolsa reflexionó sobre lo que más le convenía para su futuro. Unos decidieron pasar a la banca, otros crearon sus propias sociedades de Bolsa que luego han vendido y yo decidí seguir con Renta 4.

P. Total que después de 20 años es el único que sigue.

R. Otros no están porque no han tenido la vocación, las ganas y quizá el acierto de hacerlo. O simplemente porque han preferido realizar plusvalías. No es mi caso. Éste es un negocio fascinante. Es una venta única que permite ver lo que pasa en el mundo. A mí nada me estimula más que dedicarme a lo que me dedico.

P. Sobre todo cuando acompañan los resultados, supongo, ¿cómo llevan 2005?

R. A la vista de los resultados del primer semestre, vamos a cerrar el ejercicio con una facturación de 30,5 millones de euros y un margen de explotación de seis millones.

P. ¿De dónde proceden sus ingresos?

R. La intermediación en los mercados nos aporta entre un 60% y un 65% y la gestión patrimonial un 35%. También contamos con ingresos menos recurrentes, que varían mucho de un año a otro, pero que en ningún caso han pasado del 5% del total, procedentes de colocaciones, salidas a Bolsa, servicios a terceros y operaciones corporativas. Este año contaremos, además, con ingresos procedentes de la salida a cotizar de Bolsas y Mercados, sociedad en la que participamos.

P. ¿Van a mantener esta distribución en sus ingresos?

R. Nuestro objetivo es un reparto al 50% del grueso de los ingresos entre intermediación y gestión patrimonial.

P. ¿Cómo funciona Renta 4 y con qué plantilla cuenta?

R. En el grupo trabajamos 220 personas, la mitad en Madrid y el resto en alguna de las 45 oficinas que tenemos abiertas en España. Combinamos la atención personal y especializada, en todas las áreas pero con especial énfasis en la gestión patrimonial, con las nuevas tecnologías, a través de Internet, teléfonos, I-Mode y wap. Uno de cada tres de nuestros empleados está involucrado en tareas tecnológicas. Otro tercio de la plantilla se dedica a actividad comercial y el resto a gestión y administración.

P. Al margen del empleo de Internet en todas sus áreas de actividad, ¿qué supone en el grupo Renta4.com?

R. Nuestro canal de Internet registró unos ingresos en el tramo minorista de 3,7 millones en el primer semestre, casi un 20% más que en igual periodo de 2004. Una de cada cuatro operaciones que realizamos en este tramo lo hacemos a través de Internet.

P. Hace unos meses barajaron hacerse con Safei.

R. Sí, porque aunque era una sociedad distinta a la nuestra podía reforzarnos en el área de gestión patrimonial. En cualquier caso no llegamos a presentar una oferta, al enterarnos de que había otras sociedades que ofrecían cantidades muy elevadas. No descartamos compras en el futuro siempre que respondan a nuestra filosofía, nos aporten algo, y siempre con criterios de prudencia.