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Crítica:LA LIDIA | San Sebastián | CULTURA Y ESPECTÁCULOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Millones de huérfanos

Si la pervivencia de la fiesta de los toros dependiera de los tres diestros de ayer, téngase por seguro que estaríamos ante millones de huérfanos. Dejaría de existir como espectáculo. Dice toreros y dice ganaderos. Si todos los toros fueran como los corridos ayer, podría hablarse de muerte súbita de la fiesta brava.

No cabe espectáculo más anodino. La mayoría de los toros eran bueyes desde la punta de los pitones hasta la penca del rabo. Es difícil encontrar en el campo toros tan ahítos de bastedad. No se merecían los toros haber escuchado alguna noche el estridular de los insectos. Obviamente, esa bastedad manifiesta tiene sentido para la empresa, pues con poco precio se monta una corrida. Y el público es el pagano. Lamentablemente, al público de ayer le dio por aplaudir a todo aquello que se movía.

Miranda / Rivera, Vega, Tejela

Toros de Miranda de Pericalvo: mansos y bastos; 3º y 6º, los menos malos. Francisco Rivera Ordóñez: estocada trasera (ovación); dos pinchazos, estocada corta y descabello (silencio). Salvador Vega: estocada tendida (ovación); cinco pinchazos y estocada (pitos). Matías Tejela: media estocada -aviso- (gran ovación); dos pinchazos y media estocada (silencio). Plaza de Illumbe, 19 de agosto. 6ª de feria. Media entrada.

Los toreros: tres barcas a la deriva en un río llamado Aburrimiento. Rivera Ordóñez y los toros de su lote tuvieron una pelea encarnizada por ver cuál de los tres era más malo. Empataron; cada uno fue más malo que el otro. En su primer toro brilló su banderillero, Joselito Gutiérrez. Aprovechamos la alusión personal para subsanar un error nuestro: en Vitoria alabamos dos buenos pares de Joselito Rus, injustamente mentado, porque el autor de esos excelentes pares en el coso vitoriano fue Joselito Gutiérrez.

Ni un quite

Salvador Vega dio pocos muletazos y los dio sin sentido. Vagas sombras fijaban el mapa de su rostro. Siendo tan joven y ya parecía la torre de Pisa inclinándose hacia el ocaso. Su banderillero, Raúl Núñez, destacó con los palos, en especial con el segundo par.

A Matías Tejela le tocaron los toros menos malos. El diestro toreó a su primero muy despegado. Parecía un minero metiendo el pico a destajo. Estábamos frente a la nada con faldas de apariencia. Lo vulgar dándose importancia. Lo profundo del toreo está a mucha distancia de aquellos fatigosos e insulsos muletazos. Se le fueron los pases como indolentes barquitos de papel ahogándose de tedio.

Para colmo, no hubo un solo quite en toda la tarde. Todo ello tipifica la falta de interés, de torería, y tipifica, todavía mucho más, una gran carencia de responsables vergüenzas toreras.

Mucho tiene que cambiar el rigor de la empresa Chopera para que sus paisanos le tomen en serio. Por lo visto, hasta ayer, tiene mucho camino por recorrer y llegar para plantarse en el tiempo de los buenos inicios de Illumbe.

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