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Gràcia afronta el fin de fiesta con tensión y un gran control policial

Los agentes toleraron una celebración ruidosa hasta las 6.30 de ayer

Tregua en Gràcia, pero a costa del descanso de los vecinos. No hubo altercados destacables en la madrugada del viernes, salvo pintadas y pequeños amagos de ataque contra la policía. Varios centenares de chavales, algunos muy jóvenes, se concentraron en las principales plazas pasadas las 2.30 horas. A pesar del precedente de los días anteriores, la policía no desalojó a los jóvenes, que permanecieron hasta las 6.30 horas en la calle.

"¿Cómo pueden terminar las fiestas a las dos y media? ¿Qué pretenden, que desaparezcamos?", decía un joven. Un dispositivo de 152 agentes de los tres cuerpos policiales (Cuerpo Nacional de Policía, Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana) patrullaron a partir de las 2.30 por Gràcia, cuando la música de orquesta dio paso a los bongos. Las administraciones habían acordado el día anterior intensificar la vigilancia tras los altercados de las últimas noches. Sin embargo, en la madrugada del viernes la policía no desalojó las plazas, lo cual permitió que los jóvenes continuaran con la fiesta a pesar de que el distrito de Gràcia, los organizadores de las fiestas y las asociaciones de vecinos fijaron que todos los actos debían terminar a las 2.30.

El jolgorio se concentró en las plazas de Rius i Taulet, del Sol y del Diamant. Hasta alrededor de las 5.00, la policía prácticamente no actuó. A esa hora las brigadas de limpieza entraron en Rius i Taulet y los agentes de la Guardia Urbana avanzaron hasta la Travessera de Gràcia para proteger a los trabajadores municipales. Entonces ocurrieron los únicos incidentes de la noche. Unos jóvenes de entre 16 y 20 años se cubrieron la cara con camisetas y empezaron a tirar latas vacías de cerveza a la policía. Los agentes no respondieron, por lo que los jóvenes arrastraron dos inodoros móviles hasta los policías y quemaron un contenedor de basura.

Los 50 agentes de la Guardia Urbana tomaron las plazas, mientras el resto de las dotaciones se repartió por el barrio. La orden era igual para todos: no desalojar. Fuentes de la Guardia Urbana aseguraron ayer que el dispositivo estaba coordinado con las brigadas de limpieza para garantizar su trabajo y que se optó por no actuar contra los jóvenes para que no se repitieran los altercados.

A partir de esa hora, la fiesta se concentró en la plaza del Sol, y no faltaron caras conocidas. La cantante Beth, que participó en el concurso televisivo Operación triunfo, se mezclaba entre grupos de jóvenes, autóctonos y extranjeros. Además de bailar al ritmo de los bongos, el gentío buscaba con ansia a los vendedores ambulantes que repartían la lata de cerveza a un euro. Alguno hasta se atrevía a realizar, con muy poca maña, un espectáculo de fuego.

El concejal del distrito de Gràcia, Ricard Martínez, justificó ayer que es imposible que se recupere la normalidad en 24 horas después de dos madrugadas con altercados. En contra de lo que opinan el Ayuntamiento y el Departamento de Interior, Martínez se mostró convencido de que los grupos no son organizados, sino sólo "vándalos". Sin embargo, la madrugada anterior algunos jóvenes señalaron que los autores de los incidentes también habían participado en los del día anterior.

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El líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández-Díaz, pidió la dimisión de Martínez por "su permisividad durante los últimos meses con los grupos radicales". Además, Fernández criticó al concejal de distrito por "la improvisación del dispositivo policial que sólo se ha reforzado tras la gravedad de los previsibles incidentes violentos sucedidos".

La Federación Fiesta Mayor de Gràcia, la Coordinadora Popular de Fiestas y la Asamblea de Fiestas Alternativas, integrada por el colectivo okupa del barrio, emitieron un comunicado en el que mostraron su "actitud de total rechazo" contra los altercados y condenaron los destrozos de los decorados de las calles porque "no se ajustan a los cánones de convivencia" de la fiesta.

La Guardia Urbana controla los accesos a las principales plazas de Gràcia durante la madrugada del viernes.
La Guardia Urbana controla los accesos a las principales plazas de Gràcia durante la madrugada del viernes.GUILLEM VALLE

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