Piscinas Sin Fronteras
Existe la posibilidad de que agosto haya desaparecido. Empezó a hacerlo al terminar el puente y cumplirse, casi, la predicción del director general de Tráfico: ¿han pensado alguna vez que puede que los accidentes de carretera se produzcan por exceso de velocidad, porque el conductor va colocado y también porque el conductor es un capullo? ¿O los capullos no conducen por carretera? ¿O todos son peatones? Porcentajes en mano, debemos concluir que hay muchos capullos en carretera.
Pero eso, los muertos del puente, agosto habría podido tolerarlo. Y hoy habría sido un día para preguntarse en qué toalla de Agatha R. de la P. hay que firmar, como protesta porque al director de El Mundo le han atacado la Libertad de Expresión de Su Piscina, cuya existencia (de dicho Derecho Humano) yo ignoraba por completo, desde el punto de vista ético y estético e incluso de Libro de Estilo. Me fascina que el pueblo soberano, encarnado en el diputado Joan Puig y otros políticos del Nacionalismo Funesto y la Izquierda Asesina, haya querido interrumpirle el baño al ilustre comunicador. ¿Cómo osan? ¿Qué querían? ¿Cercenarle la Digestión de Prensa? Lo peor de todo es que los Vigilantes de la Piscina (según la Versión Joting) no apreciaran que se les agarrara de los testículos, si es que ello sucedió en Son Severa (Mallorca), como dicen. Es un detallazo. Hoy día, en las Baleares sólo te los agarran bien en Ibiza, y eso con suerte. En Sa Illa de Sa Calma lo hacían con destreza antiguamente: te los cogían y te decían "silba" (silbaban hasta los sordos), pero esta tradición puede que se esté perdiendo.
Expulsión más judíos: palabras que ponen el corazón en un puño. Pero hablamos de un cambio de domicilio; forzado, pero muy útil
Otro desalojo más a lo grande (pero asimismo con versión agit-prop, ésta más generalizada: la de que se trata de una expulsión), con indemnizaciones suculentas, es el de los colonos israelíes asentados en Gaza desde hace más de 30 años. Expulsión más judíos: palabras que ponen el corazón en un puño. Pero estamos hablando de un cambio de domicilio; forzado, pero muy útil, porque:
Uno. Israel, al mantener tropas en la frontera entre Gaza y Egipto (el corredor Philadelphia) por tiempo indefinido, al seguir controlando las entradas y salidas del territorio dizque abandonado, y al mantener el control sobre el mar (a cambio de ceder a Gaza algo más de cuatro mil metros de aguas territoriales; hasta ahora los colonos, en minoría, usaban el 50% de las aguas), se aseguran el aislamiento y la posibilidad de intervenir cuando les venga en gana. Israel también controlará el espacio aéreo. Según la ley internacional, la retirada parcial de la presencia militar israelí no determina el fin de la ocupación. Éste lo determina la finalización del control de las Fuerzas Ocupantes sobre la población ocupada.
Dos. La capacidad de control (y de asfixia) de la población se mantiene también en el aspecto laboral. Voces autorizadas del Gobierno israelí han adelantado que, a partir de 2008, no se permitirá la entrada de trabajadores israelíes.
Tres. La pesca y el comercio y la exportación de productos, hasta ahora sujetos a odiosas restricciones israelíes, deben florecer; y la forzosa pero necesaria integración en Israel como mano de obra barata en el gremio de la construcción ha de proseguir. De lo contrario, ¿de qué van a vivir? ¿De la caridad de la Unión Europea? Gaza será un pozo sin fondo al que se arrojará un dinero que no podrá invertirse en desarrollo.
Cuatro. El propio Sharon se lo ha dicho a los ciudadanos: a Israel le conviene. Quiere decir que Gaza medio dejando y en Cisjordania dando. Quiere decir que, a la menor provocación de Hamás, podrán hacer con Gaza lo que quieran, y sin temer por las vidas de sus colonos. Quiere decir, en palabras de Paul McCann (en artículo para The Independent), que fue portavoz de agencia para refugiados palestinos de Naciones Unidas (UNRWA) de 2001 a 2005, "parece que Israel quiere cerrar Gaza a cal y canto y tirar la llave".
Sí, amigos, hoy habría sido un día para reflexiones livianas como las que acabo de exponer, y no para esta desaparición del agosto en tanga. Cuanto menos, este mes se nos ha puesto ya de medio luto, no como el ministro Bono (tan emocionado que hasta estuvo sobrio y contundente, loado sea), que se presentó ante los medios de luto riguroso por la última desgracia de nuestros soldados en Afganistán. El nefasto acontecimiento pilló a Zaplana también de oscuro en el momento de declarar, con esa sutileza que él cree poseer, que su partido no iba a sacar partido del asunto "como hicieron otros". De oscuro y de atornasolado le pilló, como si acabara de salir de un encierro solidario en Piscinas sin Fronteras.
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