Un técnico de la Junta dice que en Guadalajara hubo un "tsunami de fuego"

"La definición de incendio forestal se queda corta para lo que vivimos. Aquello era un tsunami de fuego, que saltó 10 cortafuegos, que se llevaba todo por delante y que sólo pudimos controlar cuando el fuego nos dio un respiro". Ángel Vela, uno de los técnicos de extinción que dirigieron la lucha contra el incendio de Guadalajara, hizo esta descripción en la segunda jornada de la comisión de investigación del incendio que celebran las cortes de Castilla-La Mancha. Sus explicaciones no convencieron a la portavoz del PP, Ana Guarinos, convencida de que el fuego se pudo frenar antes.

Vela añadió que la decisión de que el retén siniestrado entrase en la zona en la que fallecieron 11 miembros la tomó el jefe del retén, Pedro Almansilla, y añadió que era una zona segura. El técnico dirigió la lucha contra el fuego el primer día en Ciruelos del Pinar, el pueblo que en esos momentos veía las llamas. "Comprendo las quejas de la gente sobre la falta de medios, pero éramos más de 300 personas trabajando. No sé si hay operativos mayores, pero es que el fuego llegó a tener un frente de 30 kilómetros", afirmó. Incluso de noche, dijo, "el fuego alcanzó alturas de 45 metros, cuando a esas horas lo normal es que baje".

Vela señaló que la única estrategia posible para atacar el incendio era crear cortafuegos. "El fuego se saltó 10, hasta que el lunes el viento nos dio un respiro y pudimos crear uno de 12 kilómetros de largo y 70 metros de ancho". Añadió que ese cortafuegos lo hicieron 19 equipos de máquinas pesadas en 10 horas y que fue el único que pudo parar las llamas.

Falta de diligencia

Ana Guarinos replicó que si el fuego se paró el lunes, bien se hubiera podido parar el domingo, o incluso el sábado, y lo achacó a la falta de diligencia. Vela le contestó que el viento lo impedía. La comisión se desarrolló con intervenciones de los socialistas y populares enzarzados en disputas que ignoraban a los comparecientes y a veces ni les preguntaban.

El catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y experto en silvicultura, Rafael Serrada, afirmó en la comisión que la zona, "poblada de pinos resinados tiene una inflamabilidad especialmente alta". Explicó que conocía la zona y a Almansilla, desde 1977. "La decisión de Almansilla de entrar en la zona no fue temeraria, pero las explosiones de fuego son imprevisibles". Serrada afirmó que si el bosque hubiera estado más cuidado, probablemente se habrían quemado menos de las 12.000 hectáreas que acabó arrasando el fuego.