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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Verano y bibliotecas

Las bibliotecas son centros que acumulan saber y distracción en sus libros, sitios para aprender en su silencio tranquilo, sitios de ocio de la mejor calidad y sitios, incluso, de reposo físico y de información diaria.

En España hay todavía pocas bibliotecas, y no es general el hábito de frecuentarlas incluso como un lugar de reunión más beneficioso que la mayoría y tan atractivo por lo que encierra, que una librería parisiense, famosa y antigua, lleva el nombre de La Alegría de Leer.

La alegría de vivir y la alegría de leer van parejas para los que sienten esa necesidad, esa curiosidad por otros mundos de todo tipo, desde pequeños. Ésos no necesitan, para querer leer, nada más que libros. Leen en cualquier parte y en cualquier silla o con cualquier luz. Pero a veces no tienen presupuesto para comprar todos los libros que leerían. Para eso están los organismos públicos, o privados, que deben contribuir a la calidad de vida de los ciudadanos, crear bibliotecas y abastecerlas de libros y los otros elementos que hoy conllevan.

Para los que no son todavía usuarios de las bibliotecas es conveniente dar las mayores facilidades y atractivos para que lo sean. Naturalmente, decimos esto porque damos por sentado que una mente que lee, que se cultiva, es más feliz y vive mejor.

En España, el Ministerio de Cultura hace campañas para aumentar el número de ciudadanos con hábito de lectura, y la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid quiere que pasemos a tener en las bibliotecas madrileñas más de un libro por habitante, pues la media europea es dos libros en las bibliotecas públicas por habitante.

Desde antiguo, las bibliotecas tienen libros de saber, para estudiar, y libros de literatura para, como decía Aristóteles, "enseñar deleitando". Pero aprender y disfrutar no es algo que deba dejar de hacerse los fines de semana. Es más, en algunas épocas y países, las bibliotecas son un lugar tranquilo, iluminado y caliente en invierno para estudiar, y con el cambio de clima pueden ser un lugar fresco en verano para aprender y relajarse.

Por tanto, es necesario que las bibliotecas en toda España tengan un horario de ocio para que los usuarios disfruten de su ocio cultivándose. Como los museos, deben tener un horario de apertura que incluya los sábados y domingos y los días vacacionales (salvo Navidad, Año Nuevo y Pascua) de todo el año, pues son los días en que, precisamente, podrán ir a sus instalaciones los usuarios que todavía

no lo hacen. De ese modo podrán ir más personas que trabajan durante la semana y podrán organizarse clubes de lectura para atraer a personas de más edad a ese lugar encantado. Los ejemplos de bibliotecas de varias ciudades que ya abren en sábado y domingo demuestran que están bien concurridas, y los lectores, contentos.

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