La policía cree que la City de Londres es objetivo terrorista
"El atentando contra la City es sólo una cuestión de tiempo". Así lo reconoció ayer James Hart, el comisario responsable de la vigilancia del centro financiero de Londres, en una entrevista en el diario británico Financial Times. "Cada grupo terrorista observa antes su blanco. No hay duda de que hemos estado bajo observación y que este tipo de acciones fueron frustradas con éxito", declaró Hart.
Los lugares con mayor riesgo son los edificios simbólicos o "cualquier otro sitio donde se pueda infligir el mayor daño a los sistemas financieros de la City", según el comisario. "Si quieres castigar al Gobierno, herir a las personas al mismo tiempo, y causar el máximo trastorno... ¿Qué mejor que atacar el centro financiero?", razonó el jefe policial. Hart recordó que la City había sido objetivo del IRA durante tres décadas.
Aunque los ataques de Londres han hecho que las empresas revisen sus medidas de seguridad, sólo la mitad de ellas tienen planes de contingencia. El responsable policial cree que el clima social que hay ahora a favor de unas medidas policiales más estrictas no durará mucho tiempo y la policía tendrá que hacer uso de la tecnología para garantizar la seguridad. No obstante, en Londres la tecnología ya hace mucho tiempo que se usa en la lucha contra el delito.
Cuatro millones de cámaras
Existen cuatro millones de cámaras de televisión de circuito cerrado repartidas por las calles, las estaciones, los centros comerciales y los estadios de la capital. Cada londinense es filmado al menos unas 300 veces al día, según un estudio elaborado por empresas del sector publicado recientemente en el diario francés Le Monde.
A raíz de los atentados del IRA y las fechorías de los vándalos del fútbol, en los primeros años de la década de los ochenta empezaron a instalarse las primeras cámaras. Desde entonces han sido elementos clave en la aclaración de muchos delitos, como el asesinato en 1993 del niño de dos años James Bulger por otros dos niños de 10; en la identificación de los suicidas del 7 de julio y en la de los autores de los atentados fallidos del 21 también resultaron decisivas.
Hasta el momento no ha habido en el Reino Unido rechazo a la proliferación de cámaras que en un momento determinado pueden invadir la intimidad del ciudadano. La tasa de aceptación de estas cámaras ha sido tal (entre un 75% y un 95%, según los casos) que en ningún momento ha sido necesario adaptar la legislación.
Por otra parte, las autoridades egipcias liberaron el martes, por falta de pruebas, a Magdy al Nashar, un farmacéutico egipcio que había sido detenido a petición del Reino Unido por sus presuntos vínculos con los atentados del pasado 7 de julio. Al Nashar estudió en la universidad de Leeds, ciudad en la que residía desde hace cinco años. Una vez liberado, Al Nashar ha declarado a la cadena BBC que teme regresar al Reino Unido por la imagen que se ha difundido de él en los medios de comunicación.
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