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Crónica:FÚTBOL | Liga de Campeones
Crónica
Texto informativo con interpretación

Agónico triunfo del Betis

Sólo un tanto de Edu al final frente a un Mónaco que pudo ser goleado

La historia engloba y afecta a muchas facetas, incalculables acciones y reacciones y un número cercano al infinito de actitudes. El Betis la había mentado y manoseado demasiado antes de hacer algo digno de entrar en ella y puede que eso acabe complicándole la vida. Anoche ganó. Pero no dejó totalmente definido su futuro en la competición. Edu, un jugador de los que siempre juegan como mínimo bien, marcó un gol cerquísima del final del encuentro. Pero es que el Betis podía haber vapuleado antes a un verdadero histórico, un subcampeón de la competición, como es el Mónaco.

La timidez del meritorio le costó al cuadro sevillano hasta cuatro llegadas claras, clarísimas, del equipo de la Liga francesa. En el minuto 2, Melli se retorció en el aire como parecía que no podría hacerlo y le quitó la pelota al gigantesco Adebayor. Muy poco después Chevanton se coló por la bande izquierda de los verdiblancos y le dejó la pelota diáfana al delantero, que no la colocó en la red desde su posición ventajosa ya dentro del área bética.

BETIS 1- MÓNACO

Betis: Doblas; Melli, Juanito, Rivas, Luis Fernández; Assunção (Arzu, m. 76), Rivera; Joaquín, Edu, Fernando (Denilson, m. 55); y Dani (Xisco, m. 65).
Mónaco: Roma; Maicon, Squillaci, Modesto, Evra; Meriem, Bernardi, Zikos, Sorlin; Chevanton (Maoulida, m. 68) y Adebayor.
Gol: 1-0. M. 90. Edu, con la derecha, a pase de Rivera.
Árbitro: Graham Poll (británico). Amonestó a Modesto, Rivera, Luis Fernández y Evra.
Unos 40.000 espectadores en el estadio Ruiz de Lopera

El Betis aún no se conoce. Llorenç Serra Ferrer tiene la intención de reconstruir el equipo en forma y espíritu. Para ello se ha traído a Rivera y Miguel Ángel y espera que le compren un delantero. Miguel Ángel no jugó ayer porque aún no sabe bien ni el nombre de sus compañeros. Rivera aportó mucha calidad al centro del campo verdiblanco, pero está previsto que juegue en otra parte del terreno y bajo otro dibujo de equipo que el que tuvo que improvisar ayer Serra Ferrer. La causa de las amenazantes entradas por la banda izquierda del Mónaco estuvo en sus querencias por la zona ancha. Pero no se le puede culpar. Fue de lo mejor.

Joaquín tuvo una de sus noches buenas y le puso dos goles a Dani, sustituto a última hora del lesionado Oliveira, y uno a Fernando y Edu. No entraron, pero al Betis sí que le entró el tembleque. En la misma medida que se le levantaba la cresta a los del equipo francés.

El observado Meriem y Adebayor tiraron a gol en buenas condiciones y con frecuencia cuando el partido rozaba ya el final. Parecía que la experiencia de un equipo, actualmente también en plena redifinición, con más nombre que presencia, iba a ser suficiente para acercar la eliminatoria a su favor.

El Mónaco no es nada del otro mundo. Nada absolutamente. Ayer faltaron varios de los jugadores que se prevé que templen su esencia, como el ex barcelonista Gerard o su capitán, Givet. Didier Deschamps prepara otro gran equipo como el que llegó a la final de la Liga de Campeones con Morientes o Giuly y en Sevilla se vio que le queda tela de faena. Meriem es una promesa de estrella que ofreció algo de luz, pero no deslumbró a nadie.

El orden de los monegascos se alió con los nervios y el fatalismo con que el Betis suele vivir sus partidos y, por momentos y pese a sus carencias, pareció un conjunto de enjundia, de rapidez mental y astucia táctica. Pero tan sólo se trataba del embotamiento del cuadro andaluz.

La historia también se vive de distintas maneras. Y el saber hacerlo puede traducirse en pingües beneficios para acciones mediocres. Como la de ayer del Mónaco. Pero Edu prefirió apostar por sí mismo y, tras una de sus peores aportaciones al trabajo del conjunto que se le recuerdan, marcó casi al final. Agónico triunfo, pero triunfo al fin.

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