"Una carrera lenta, un 'sprint' corto y muy rápido"
En su columna diaria en L'Équipe, Hicham el Guerruj, el rey del 1.500, afirmaba ayer que había un 90% de posibilidades de que el ganador de la final de hoy saliera de la primera semifinal del martes, es decir, de la lenta, de la que pivotó alrededor de la imponente figura de Arturo Casado, clavado en la calle 1, y que se resolvió en un frenético sprint en los últimos metros. En esa semifinal corrieron la flor y la nata de los hombres rápidos de las carreras lentas, de los hombres de los últimos 200; gente como el marroquí Kuch, el keniano Kipchirchir, el portugués Rui Silva o Casado y Reyes Estévez. Esta predicción, si se cumple, deja fuera del título, por ejemplo, a Rachid Ramzi, el atleta de Bahrein de origen marroquí que ha sido el mejor del año. Y pocos entre los expertos ven razón para que no se cumpla, como tampoco la ve Manolo Pascua, el sabio español de los 1.500 metros.
"Puede que en el 500 final se decida todo. Habrá que estar bien colocado", dice Pascua
"Salvo que el norteamericano Webb salga tirando como en su semifinal, y no creo que lo haga, será una final lenta", dice Pascua, entrenador actual de Álvaro Fernández y Luismi Berlanas; "al no estar El Guerruj, al que le gustaban las carreras muy rápidas porque tenía miedo a las caídas y a los codazos en los pelotones lentos, no veo a nadie a quien le interese una final rápida. No les interesa, por supuesto, a los españoles, ni a Kuch, que me sorprendió en las series, ni a Kipchirchir ni a Rui Silva, que son rápidos en los finales".
Así que nadie se sorprenda si hoy ve una última recta llena de atletas corriendo desesperadamente, abiertos desde la calle 1 hasta la 6. La imagen más gráfica de lo que se llama una final abierta. "Y, en estos casos, lo importante es saber estar colocado. Mira a Reyes, en su semifinal. Por poco se queda fuera pese a que iba sobrado de fuerzas sencillamente porque estaba mal colocado. Tuvo que hacer un sobreesfuerzo para cambiar de calle y por poco se le cuela el neozelandés Willis", dice Pascua; "calculo que la final será un poco más rápida que esa semifinal y se correrá en 3m 37s o 3m 38s. La primera vuelta es muy posible que se pase en un minuto, pero la cosa se acelerará en los últimos 500 metros. Si esto es así, los tres españoles tienen muchas posibilidades. Dependerá de cómo se coloquen. No creo, por ejemplo, que le sea tan fácil a Casado mantenerse delante y en la calle 1 como en la semifinal. Todos lo van a tener muy difícil para correr a gusto, para saber estar sin sobresaltos".
Como es tan abierta la final del 1.500, con las ausencias de El Guerruj y del keniano Bernard Lagat, el hombre de plata tras el marroquí los últimos años, ni siquiera Pascua se atreve a hacer una apuesta concreta. "Si me dieran ahora mismo 1.000 euros para apostar a ganador, no sabría sobre quién ponerlos", dice; "podría pensar en el portugués Rui Silva, pero Silva es un hombre de sólo 200 metros y en la semifinal gastó mucho intentando cambiar a los 400 y luego lo pagó. Y no sé si Silva sabrá curar ese error. Ramzi es otro que se equivocó en la semifinal. Gastó de más y tontamente cuando se fue a por Webb, que estaba solo y no molestaba. Pero si la carrera se enfila a 500 metros, si alguien ataca y pone a todos en fila, habrá que contar con él. Creo que eso puede pasar, que en el 500 se jueguen las medallas. Entonces habrá que estar muy bien colocado porque todos son gente capaz de hacer el último 500 en 1m 5s y, si el acelerón te pilla unos metros por detrás, necesitarás correrlos casi en el minuto pelado para alcanzarlos y eso no hay nadie que pueda hacerlo".
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