Para reducir la sangría

Mañana entra en vigor la reforma de la Ley de Seguridad Vial, aunque no todavía su medida más importante (y más esperada): el carnet por puntos. El director general de Tráfico, Pere Navarro, recordó ayer las recomendaciones habituales con vistas al próximo fin de semana, en el que coinciden un largo puente y el final de quincena en el mes vacacional por excelencia. Lo hizo tras calificar de "desastre" el balance de víctimas de este pasado fin de semana: 48 muertos, ocho más que en la Operación Salida del primero de agosto, lo cual resulta insólito, y ocho más también que en el mismo fin de semana del año pasado. Navarro insistió en que ese desastre no es algo inevitable; las medidas preventivas y disuasorias han reducido el número de accidentes mortales en todo el mundo; también en España, aunque todavía se registran unos 4.000 al año.

A pesar de ello, la relación de víctimas por millón de vehículos en circulación se ha dividido por tres en 25 años, por efecto de medidas de todo tipo, incluyendo la concienciación de los conductores. Luego hay que seguir aplicándolas y perfeccionándolas. Es lo que pretende la reforma legal que entra en vigor mañana; lo esencial de la misma es la modificación de la consideración de varias infracciones de probada incidencia en los accidentes: pasa a considerarse falta grave conducir motocicletas sin casco, no llevar puesto el cinturón de seguridad, conducir hablando por teléfono móvil y no llevar a los niños en los asientos de sujeción reglamentarios, entre otras modificaciones.

Se aplaza la implantación del carnet por puntos, que debería haber estado en vigor este verano, según el compromiso del ministro del Interior de mayo del año pasado. Se trata de un incumplimiento criticable, aunque peor habría sido tratar de aplicar la norma sin disponer de la infraestructura necesaria: la destinada a las medidas de reeducación con que se pretende dar oportunidad de rehabilitación al conductor sancionado, y la administrativa, para que la contabilidad de puntos restados o recuperados no provoque el caos y la irritación de los afectados.

Deberá implantarse en un plazo de entre seis y doce meses, según el nuevo compromiso, y se espera que tenga los mismos efectos disuasorios de conductas incivilizadas o temerarias que ha tenido en otros países. Especialmente en relación a la velocidad excesiva, que ha vuelto a ser la primera causa del desastre del fin de semana, como lo fue del 23% de los muertos del año pasado. Lo que significa que un millar de vidas se perdieron por correr más de lo permitido. Los 37 radares instalados el mes pasado detectaron 80.000 vehículos circulando a más de 160 kilómetros por hora.