Las 'telecos' temen por su futuro
Los distintos informes destacan la incertidumbre sobre la recuperación del sector
Tras el varapalo que supuso la burbuja tecnológica, que dejó un reguero de deuda y pérdidas multimillonarias, el mercado de las telecomunicaciones inició hace dos años una firme recuperación. Pero varios informes alertan que ese relanzamiento tiene mas que ver con el recorte de inversión y costes que con un crecimiento firme de los ingresos. La saturación del mercado del móvil y la imparable caída de la telefonía fija, sólo frenada por la banda ancha, siembran incertidumbres sobre el futuro.
Los beneficios se atribuyen a la reducción de gastos más que al crecimiento de las ventas
Un reciente informe de KPMG sobre los resultados financieros en el sector de las telecomunicaciones en Europa, ha concluido que los índices de crecimiento en los últimos años se muestran poco significativos. Según sus datos, desde el año 2002 las empresas han visto mermado el crecimiento de sus ventas con una caída del 7% al 2,2% en 2004. La mayor parte del crecimiento se debe a las operaciones de telefonía móvil, mientras los ingresos de las líneas fijas continúan descendiendo.
Otros indicadores como los del crecimiento de beneficios antes de impuestos y los cash flows obtenidos en un periodo, se atribuyen principalmente a la reducción de gastos y la aplicación de políticas de eficiencia de costes, más que a la evolución de los ingresos por ventas.
"Teniendo en cuenta la inflación, los indicadores del crecimiento de los ingresos resultan, cuanto menos, poco atractivos. Las exigencias del servicio de la deuda absorben la mayoría de la modesta generación de cash flow [generación de caja] de las compañías", explica Rocío Campos, socia responsable del sector de Telecomunicaciones de KPMG en España.
"Aunque hay algunos signos positivos de nuevas líneas de ingresos relacionadas con servicios de Tecnologías de la Información y banda ancha que ofrecen algunos operadores tradicionales de líneas fijas, como BT y Deutsche Telekom, las empresas en Europa no son eficientes en el lanzamiento de nuevos productos y servicios. El sector no tiene control sobre su rentabilidad".
Para KPMG, una recuperación adecuada significaría duplicar los beneficios hasta sobrepasar los 60.000 millones de euros y generar caja por 50.000 millones. "Dado que las probabilidades de conseguir estos resultados de manera aislada son escasas, el enfoque más inmediato requiere concentrarse en la reducción de costes y la reestructuración general del sector", señala.
En España, el panorama es muy similar. Según el informe anual de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, las empresas del sector de las telecomunicaciones duplicaron su beneficio en 2004 hasta los 3.360 millones de euros. Pero pese a ese importante aumento de los beneficios, la inversión sólo creció un 2,7%, mientras que los ingresos lo hicieron en un 8%. Es decir, que hubo recorte de costes y de inversión. Por eso, el presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez, calificó el año precedente como "de consolidación con estancamiento de las inversiones".
AETIC, la patronal del sector, también apunta en la misma línea. Su informe de 2004 confirma un incremento del mercado tecnológico español del 9%, pero alerta del desigual crecimiento según los segmentos que lo componen, con la telefonía móvil concentrando el 44% de los ingresos, e Internet tirando de la la telefonía fija.
France Télécom, Xfera, los 'virtuales' y otros agravios regulatorios
Telefónica mantiene oficialmente unas relaciones "inmejorables" con el regulador (Gobierno y CMT). Pero, en petit comité, se reconocen algunas disidencias. La reciente adquisición de Amena por France Télécom -bendecida por el Ministerio de Industria y la CMT- ha puesto de manifiesto que las reglas no son las mismas para todos.
El ex monopolio francés puede venir a España y comprar libremente la tercera compañía de móviles (o Telefónica, si se le antoja), pero ninguna empresa española puede entrar en el capital de FT, blindada por el Estado, que posee el 34,9%. El agravio es mayor si se tiene en cuenta que Telefónica financia sus inversiones con su negocio o recurriendo al mercado bancario, mientras que FT puede permitirse operaciones como la última ampliación de capital por 15.000 millones, de las que el erario público aportó 9.000 millones, y que está siendo investigada por Bruselas por si fuera una ayuda pública encubierta.
El carácter privado de Telefónica no le exime de afrontar en solitario las cargas del llamado servicio universal asegurando que el teléfono llega a sitios no rentables. Pese a que la ley prevé la creación de un fondo sufragado proporcionalmente por todos los operadores, la CMT no ha considerado necesario su creación ni ninguna compensación para Telefónica.
La operadora también se las prometía muy felices cuando el último Gobierno del PP le garantizó que en 2005 había libertad de tarifas para la telefonía fija. Pero ahora se queja de que no ha habido tal y protesta de que una de las principales ocupaciones de la CMT es elaborar periódicas listas de prohibiciones para las ofertas comerciales de Telefónica, incluyendo las rebajas de precios para los consumidores.
En el móvil, tampoco han hecho mucha gracia las últimas concesiones. Telefónica y Amena han tenido que comprometer más de 800 millones de inversiones para conseguir unas frecuencias residuales mientras que Xfera -el operador de ACS- tiene ociosas las suyas y supuestamente ha incumplido todos sus compromisos de inversión.
Pero la última y más preocupante pesadilla es la amenaza de una regulación que imponga los llamados operadores móviles virtuales, compañías que no tienen red y viven de revender minutos que le compran al por mayor a las compañías establecidas, con un suculento margen garantizado por el regulador. Xfera podría también apuntarse a ese carro.
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