Los 'sin papeles' del pesquero interceptado en el Estrecho deambularon un año antes de embarcar

Los nueve tripulantes del pesquero mauritano Menavaa I, interceptado en aguas del estrecho de Gibraltar con 135 inmigrantes asiáticos en su bodega, prestaron ayer declaración en la comandancia de la Guardia Civil de Algeciras y mañana, lunes, pasarán a disposición judicial acusados de cometer un presunto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

Se trata de seis varones de origen mauritano, dos naturales de Sierra Leona y el capitán del barco, de Senegal. Aunque no ha trascendido información alguna sobre la declaración, sí se pudo conocer ayer por fuentes de la Cruz Roja que de los 135 inmigrantes ocupantes del viejo pesquero, 122 eran naturales de la India y 13 de Bangladesh, y que, según declararon algunos antes de ser trasladados a las dependencias policiales, llevaban deambulando por diferentes países desde hacía un año, y en concreto a bordo del barco negrero, algo más de un día y medio.

Los inmigrantes fueron conducidos a primera hora de la mañana de ayer desde el antiguo acuartelamiento de la Isla de Las Palomas, en Tarifa, hasta las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía, en Torres de las Heras, en Algeciras. Allí permanecerán hasta que en las próximas horas se inicie el proceso de repatriación a sus países correspondientes, según aseguraron fuentes policiales.

El pesquero, que arribó la noche del viernes en el puerto de Algeciras después de que su tripulación alertase de la presencia de los inmigrantes en su bodega, tras sufrir una avería en su motor y quedarse sin combustible, no tenía como destino España, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz. Las autoridades españolas barajan la hipótesis de que Turquía o Italia fuesen los posibles destinos del pesquero.

Las condiciones en que se encuentra el barco en el que viajaban los inmigrantes asiáticos son deplorables. Precisamente la velocidad a la que navegaba en el momento de su localización, en las proximidades de Punta Cires, en aguas marroquíes, fue lo que llamó la atención de los operadores del centro zonal de salvamento marítimo de Tarifa.

Fuentes próximas a la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo aseguraron ayer que "al ver que el barco no respondía a las llamadas y que se encontraba prácticamente a la deriva, navegando a algo más de un nudo por hora (menos de dos kilómetros por hora), se trasladaron hasta la zona varias embarcaciones de salvamento de la Guardia Civil, en lo que bien pudiese considerarse como una emergencia internacional".

Los 135 inmigrantes, en su mayoría jóvenes, llegaron al puerto de Algeciras con síntomas de deshidratación, mareos y cansancio, pero tras las atenciones recibidas lograron recuperarse de las horas pasadas en el interior de la bodega del viejo pesquero. Dos de los indocumentados de origen indio se encuentran aún ingresados en el hospital Punta Europa de Algeciras, al presentar un cuadro de fiebre alta a causa de alguna infección.