Ronaldinho sorprende al Cádiz
El astro brasileño marca dos goles de falta y el Barça gana el Ramón de Carranza
Primer título. No es oficial, pero el Barça alzó el primer trofeo de la temporada. Fue, después de 33 años, el Ramón de Carranza. Ante el Cádiz, el anfitrión. Desde la segunda vuelta de hace dos temporadas, cuando Rijkaard asentó el sistema y definió el tipo de jugador que quería, el Barça parece un rodillo sin freno. En esa segunda vuelta fue el que más puntos obtuvo, la Liga pasada la ganó y, en esta pretemporada, no conoce la derrota; cerró su stage en Dinamarca con dos victorias; en Japón empató contra el Yokohama Marinos; y en Macao endosó nueve al campeón de la SuperLiga china, el Shenzhen Jianlibao. Ahora, ha conquistado Carranza. Y Ronaldinho, que apenas hizo méritos porque no tocó muchos balones, se erigió en el protagonista al marcar dos goles de falta.
CÁDIZ 1 - BARCELONA 3
Cádiz: Armando; Varela, De Quintana (Berizzo, m. 81), Paz (De la Cuesta, m. 81), Raúl López (Silva, m. 63); Suárez (Manolo Pérez, m. 81), Fleurquin (Bezares, m. 46), Enrique (Miguel Ángel, m. 81), Jonathan; Estoyanoff (Iván Ania, m. 63) y Oli (Acuña, m. 63).
Barcelona: Jorquera; Damià (Edmilson, m. 46), Oleguer, Rodri (Puyol, m. 46), Belletti (Gabri, m. 70); Deco, Van Bommel (Márquez, m. 46), Xavi; Messi (Ronaldinho, m. 46), Pitu (Larsson, m. 46) y Eto'o.
Goles: 1-0. M. 40. Oli marca de cabeza. 1-1. M. 57. Eto'o, de disparo cruzado. 1-2. M. 77. Ronaldinho, de falta escorada. 1-3. M. 88. Ronaldinho, de tiro libre lejano.
Árbitro: Mejuto González.
18.000 espectadores en el Ramón de Carranza.
El Ramón de Carranza, aunque no es una caja de cerillas, es estrecho. Rijkaard, dadas las dimensiones del terreno, optó por no abrir las bandas, sino lo contrario; invertió a los extremos. Messi y Pitu -Eto'o en ocasiones-, entonces, debían recibir en el costado para recortar hacia el interior para asistir o chutar. El equipo inicial de Rijkaard fue totalmente distinto al que se midió, en semifinales, al Sevilla. Sólo Damià repitió titularidad. La prueba que hizo el técnico holandés, sin embargo, estaba compensada: novel defensa, curtido mediocampo y delantera joven aderezada con Eto'o. Así, consecuente con la idea de Rijkaard del fútbol ofensivo, a pesar de los apuros que pasó la zaga azulgrana en ciertas ocasiones, el centro del campo -Xavi ,Van Bommel y Deco- tuvo color azulgrana. Y el mediocentro holandés demostró, además, que no sólo puede realizar una útil tarea defensiva, sino que posee facilidad para distribuir. Pero Rijkaard desestimó el experimento al empezar la segunda mitad -puso, más o menos, a los teóricos titulares- para tratar de remontar el gol de Oli.
Los equipos del uruguayo Víctor Espárrago suelen distinguirse por sus jugadas a balón parado y por el fútbol clásico, el del balón a la banda, centro y remate. Cosa que incomoda al Barça. Y así, en lo que fue la réplica exacta, pero con distintos actores al gol que le marcó el Barça al Sevilla, el Cádiz batió a Jorquera. Oli rememoró épocas doradas; cazó con la testa un balón colgado por Enrique desde el costado derecho para batir por alto a Jorquera, que pudo hacer más. Pero si Oli recibió balones, molestó a la zaga de Barça, fue, en parte, por culpa de Estoyanoff, el enlace, que se erigió en pieza fundamental. Sus asistencias y descaro denotaron un potencial ofensivo muy prometedor. Hasta que Márquez, que salió en la segunda parte, le secó.
En la punta opuesta estaba Eto'o, que demostró que sigue intacta esa gazuza de gol que le llevó a ser el segundo máximo artillero la pasada temporada. A pase magistral de Xavi, escorado el camerunés, acomodó el balón con el pecho para cruzarlo, para lograr las tablas. Lo hizo, además, actuando como extremo por la izquierda, cuando entraron Larsson y Ronaldinho, que se reservó en la primera mitad porque tenía molestias en el bícceps femoral. Pero no debió resentirse porque, primero, desde el vértice del área grande, lanzó una falta que sorprendió a Armando. Después, más centrado, repitió ejecución y tanto.
Ronaldinho, con su precisión, sorprendió al Cádiz y regaló al Barça el Ramón de Carranza. El Sevilla, por su parte, perdió por dos a uno contra el Sporting de Braga y finalizó el torneo en cuarta posición.
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