"Me voy a ver si juego algo"

"Sólo lamento la cantidad de intermediarios que ha habido y que han hecho que lo que podría haberse cerrado en días tardase dos meses". Luis Figo, en el tránsito desde la concentración austriaca del Madrid, en Irdning, hasta el aeropuerto de Malpensa, en Milán, una vez cerrado su fichaje por el Inter, sonreía con ironía y tenía prisa. El portugués, camiseta roja, pantalones vaqueros de campana desgastados, arrastró ayer a las 17.05, según precisión horaria de la página web de su club, dos maletas camino de las escalerillas de un avión rumbo a Italia. Llegó a las nueve de la noche. Antes había lanzado varios mensajes agrios: "No me dejan despedirme en el campo. Me voy a ver si juego algo".

En la ciudad lombarda hoy se trasladará a una clínica, junto a los doctores del Inter, para pasar el reconocimiento médico. Después, firmará un contrato por dos temporadas y algo más de cuatro millones de euros anuales de ficha y mañana se presentará oficialmente junto a Massimo Moratti, el propietario del club. Después se sentará frente a los medios de comunicación. Esa es la agenda prevista. En la mañana de ayer había completado su último entrenamiento como jugador madridista, "con toda normalidad", en descripción del club blanco. El último tras cinco años y cuando todavía le restaba otra campaña de contrato. A la una y media, en el comedor, se despidió de sus ya ex compañeros y del cuerpo téctico. Fue un adiós frío, casi malhumorado.

"Me voy al Inter porque tiene las mismas ganas de ganar que yo", dijo Figo, entre traslado y traslado. No le dio tiempo a decir mucho más.

Su salida del Madrid está directamente vinculada a su suplencia. Su representante, Ernesto Bronzetti, lo explicó de manera más suave: "Su decisión está relacionada con la determinación de Luxemburgo de jugar sin bandas". Sin bandas y sin Figo, con quien mantiene un conflicto sordo -y mudo: no se hablan- desde hace casi seis meses. Según Bronzetti, esa querencia del entrenador por los tepes centrales del césped fue la que motivó también la salida de Solari, con quien Figo compartirá vestuario, al igual que con Samuel.

"El acuerdo ya está hecho, aunque no será oficial hasta mañana [hoy]", confirmó el agente del futbolista, que reveló como ciertas las ofertas del Liverpool de Rafa Benítez y del Valencia por el jugador. El Madrid aclaró que, en caso de que hubiera sido un club español el escogido por Figo, se le habría exigido una cantidad por el traspaso. Eso no sucederá con el Inter. Figo se marcha con la carta de libertad. Su debut con el conjunto italiano será el 20 de este mes ante el Juventus en la Supercopa italiana.

El luso ya lanzo un mensaje de disconformidad por su situación en el Madrid cuando anunció su regreso a su selección nacional, a la que había renunciado tras la Eurocopa de 2004: "Vuelvo a la selección porque ya no tengo saturación de partidos". No fueron sus únicas palabras de disidencia. "No puedo estar sin jugar", era el mantra que repetía decaído y sin disimular su falta de interés en los entrenamientos.

Figo cierra un ciclo de cinco años en el Madrid. Florentino Pérez pagó en 2000 su cláusula de rescisión, más de 60 millones de euros al Barcelona, y ganó la presidencia del club con él como bandera. El fichaje, por entonces el más caro de la historia, desconcertó al universo futbolístico. Figo pasó de ser el estandarte del Barça a ser el de Pérez, para quien era su jugador predilecto. Un afecto sostenido y que, según fuentes blancas, ha sido decisivo para acelerar su salida.