Un edificio planetario
Pese a mi confirmadísima heterosexualidad, estoy un poco enamorado de Carl Sagan, aquel científico apuesto que en los años ochenta presentó la serie de televisión Cosmos. Me entusiasmaba su entusiasmo por la vida, por la ciencia y por la cultura. Solía decir, con una voz profundísima, que la raza humana es una inmensa comunidad. Dándole vueltas al asunto, he pensado que, tal vez, no sería mala idea que todos viviéramos juntos, en un inmenso edificio. Un Aquí no hay quien viva de magnitudes planetarias, donde todos fuéramos vecinos de escalera. ¿Cómo sería ese bloque de pisos?
El edificio en el que vivo tiene tres puertas por planta. Para facilitar los cálculos, supongamos que toda la humanidad se divide en familias de cuatro miembros. Doce preciosos humanos por planta. Si dividimos seis mil millones entre doce comprobamos, asustados, que nuestro edificio universal debería tener quinientos millones de pisos; una altura de un millón y medio de kilómetros; cuatro veces la distancia a la Luna. Sería ciertamente costoso construir algo así, pero obtendríamos al instante como compensación un planeta repleto nuevamente de bosques, con toda la civilización centrada en una superficie minúscula.
¿Quién sería el presidente de la escalera? ¿Se heredaría el cargo? ¿Habría solamente un presidente mundial, o sería mejor que hubiera varios?
Si optáramos por este sistema de convivencia, surgirían rápidamente los conflictos. Los vecinos del seiscientos mil primera, aliados con los del seiscientos mil segunda y seiscientos mil tercera, exigirían la independencia de su planta. Los gastos de escalera serían monumentales, pero probablemente pagarían siempre los mismos. ¿Por qué Bill Gates ha de vivir en el sobreático, disfrutando de esas preciosas vistas cósmicas, cuando la mayoría ha de conformarse mirando desde su ventana el grasiento patio de luces? La envidia y el sentido de la justicia, con su extraña y antigua alianza, generaría vecinos rebeldes. ¿Quién sería el presidente de la escalera? ¿Se heredaría el cargo o habría elecciones generales cada cuatro años? ¿Tendría que haber solamente un presidente mundial, o sería mejor que hubiera varios? ¿Cuántos, exactamente? Si finalmente se llegara a la conclusión de hacer turnos anuales, siguiendo la costumbre habitual, la rotación completa al edificio tardaría mil quinientos millones de años. Cuando hubieran transcurrido tres rotaciones, habría pasado el tiempo suficiente como para agotar la energía del Sol, y ya nada tendría sentido. Creo que no sería una buena idea construir ese bloque de pisos.
Tal vez, la bondad y el entusiasmo de Carl Sagan le hizo olvidar la parte negativa de la palabra comunidad. En vez de disfrutar todos de una armoniosa vecindad, la mayoría de los habitantes de ese gigantesco bloque de pisos se pasarían la vida deseando que el ascensor se estropeara, para que Bill Gates tuviera que subir por las escaleras, sudando y con la lengua fuera, hasta llegar a su maldito sobreático.
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