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Más de 100 muertos en Sudán después de tres días de violencia

Las víctimas mortales de los enfrentamientos entre habitantes del sur y del norte de Sudán ascendieron ayer a 102. El brote de violencia desatado el lunes en Jartum, capital del país, al conocerse la muerte del vicepresidente y ex jefe rebelde John Garang en un accidente aéreo, no estaba todavía controlado pese a la intervención del Ejército. En Juba, capital administrativa del sur del país, murieron 18 personas, entre ellas algunos niños, y cientos resultaron heridas, informó un miembro de la antigua guerrilla, el Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM).

De poco han servido los llamamientos a la convivencia pacífica lanzados en los últimos tres días por el presidente sudanés, Omar Husan al Bachir, y el vicepresidente designado, Salva Kiir, sucesor de Garang (quien en enero puso fin a 21 años de guerra civil) al mando del SPLM. Decenas de personas procedentes del sur del país murieron en la noche del martes en Jartum a manos de comandos integrados por sudaneses del norte. Este ataque fue, según varios testimonios, una reacción frente a las represalias que se desataron el lunes contra los ciudadanos del norte tras la muerte del máximo representante de las regiones meridionales.

El fallecimiento de Garang, elegido vicepresidente el pasado 9 de julio, ha despertado la preocupación de la comunidad internacional. Los temores de que vuelva a estallar el conflicto civil entre el norte y el sur del país tras apenas siete meses de paz han movilizado a los representantes para África de la ONU, de la UE y de EE UU.

Una investigación

En busca de una rápida solución a la crisis, Kiir se reunió ayer con un enviado estadounidense, mientras se anunciaba en Jartum una investigación para aclarar las causas de la muerte de Garang.

El presidente sudanés y los miembros del SPLM anunciaron la creación de una comisión de investigación sobre las causas del accidente aéreo. Garang falleció al estrellarse su helicóptero mientras volvía de una visita oficial a Uganda. Tras difundir la noticia de su desaparición, el Gobierno esperó hasta el lunes para confirmar la muerte del ex jefe rebelde, lo que desencadenó la revuelta de los sudaneses del sur. Los seguidores más radicales de Garang calificaron de "asesinato" el accidente y atribuyeron la responsabilidad a grupos extremistas del norte. Empezaron entonces a atacar y saquear los comercios de los árabes de las regiones septentrionales, tanto en Jartum como en otras ciudades del país, donde ayer se registraron violentos disturbios.

Las aclaraciones de las causas de la muerte de Garang constituyen ahora, según las autoridades sudanesas, una condición fundamental para volver a la paz. El conflicto entre el norte y el sur de Sudán estalló en 1983, cuando el Gobierno impuso la ley islámica a los territorios meridionales, en su mayoría cristianos y animistas.

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