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Entrevista:EMERGENTES Y DIVERGENTES | Carla Marrero / Violinista prodigio

"Cuando suelto el violín soy una niña cualquiera"

Teatro Real. Carla Marrero no se ha impresionado nada con los retratos de los antepasados regios.

Pregunta. Así que géminis.

Respuesta. Sí: uno tiene mal carácter y el otro es un torbellino.

P. ¿Y tú?

R. Yo, más bien, torbellino.

P. ¿No te separas del violín?

R. ¡No! No puedo perderlo.

P. ¿Y cómo se llama el violín?

R. No tengo ni idea. Nació antes que Mozart. Lo hizo Carlo Tononi, un italiano. De Cremona, creo. O de cerca.

P. ¿Has tenido otro?

R. Tuve uno francés, un Jombart. Éste lo tengo hace mucho, 11 meses ya.

P. ¿Y desafinas?

R. No desafino, pero a veces se me va una nota... A todo el mundo le pasa.

¡Qué malo eres!

P. ¿Y ese lunar en el cuello?

R. ¡Del violín! La barbada es de madera, y no uso pañuelo. ¿Tu cómo agarrarías esta madera? Mejor la mano que un pañuelo, ¿no?

P. ¿Tocabas antes de andar?

R. A la vez. Mi madre es cantante de ópera y yo de bebé empezaba a hacer así: "Mmmm, mmm" (canturrea). Me llevaron al médico. Dijo: "Está cantando", y me pusieron el violín. Y a los cinco años empecé a trabajar más duro.

P. ¿Cúanto tocas ahora?

R. Cuatro, cinco horas, algunos días seis, bueno no, seis horas menos un cuarto de hora.

P. ¿A veces quieres romper el violín?

R. Nooo. No me dan esas sensaciones. Pero si una cosa me sale mal 10 veces, lo meto en la caja, doy una patada en el suelo y vuelvo a empezar.

P. ¿Y qué llevas en la funda?

R. El violín de señorita, como le llaman en Italia, un poco más pequeño que el normal; el arco que utilizo ahora, francés, Millant, bueno, dos, por si uno se gasta; una foto de Anne Sophie Mutter, otra de mi madre, otra de mi profesor, Serguéi Fatkoulin, que es un profesor de mucha calidad... Voy una semana al mes a dar clase con él y con Víctor Tetriakov a Alemania... Tetriakov se escribe así...

P. ¿Pero eres zurda?

R. Sí, pero puedo escribir con la derecha un poco.

P. Pues tocas el violín como si fueras diestra.

R. ¡Es que es derecho! (Coge el violín e intenta tocar al revés). ¡Anda, si es como volver a tocar al principio!

P. ¿Te sabes todas las piezas de memoria?

R. Todas las que me aprendo me las sé. Chaikovski, Bach, Mozart, Beethoven, Sarasate, Paganini, Bruck, Mendelsohn...

P. ¿Cuál es tu favorita?

R. Todas, pero La Meditación no se me quita de la cabeza.

P. ¿Eres una violinista prodigio o una violinista currante?

R. ¡No tengo ni idea! Me llaman prodigio, pero no sé ni lo que soy. Cuando suelto el violín soy una niña cualquiera.

P. ¿Y vas al cole?

R. Cuando puedo, cuando suelto el violín. En el colegio suizo no importa. Antes, en los colegios pegaban si te portabas mal.

P. ¿Juegas con muñecas?

R. Mucho, y leo un montón de cosas de fantasía...

P. ¿Te gusta María Isabel?

R. No sé... Baila, canta y compone canciones.

P. ¿Y tú compones?

R. Compuse una cosa pero la rompí... Mirad, se me va a caer este colmillo y no se lo voy a dar al ratón Pérez, me lo voy a quedar de recuerdo. Los colmillos son de marfil. Parece mentira que la gente le quite los colmillos a los elefantes. ¿Por qué no se los quitan ellos?

P. ¿Qué maestros te han oído?

R. López Cobos, Plácido Domingo, Víktor Zukermann y Daniel Barenboim; es muy simpático, me peló un plátano.

P. ¿Qué quieres ser de mayor?

R. Voy a ser siempre lo que soy ahora, violinista.

P. ¿Se gana dinero con esto?

R. ¡No sé! Las muñecas me las regalan mis abuelas. Y pelis tengo mogollón, casi todas en alemán.

P. ¿Quieres ser famosa?

R. Quiero tocar bien el violín.

P. ¿Pero haces esto porque quieres tú o por tus padres?

R. ¡Porque quiero yo! Si no, no me levantaría de la cama y me pusiese a tocar. Tendría una perreta cada mañana...

P. ¿Lloras mucho o qué?

R. Cuando era pequeña.

P. ¿Y cómo es un día de Carla Marrero?

R. Me levanto a las ocho, leo hasta las nueve, desayuno tostada con aceite, aunque también cereales, me ducho, me lavo los dientes y me pongo a estudiar a las 9.30.

P. ¿Sola?

R. Sola. Leo partituras desde hace cinco años, en septiembre hará cinco justos. Y luego, las seis horas con Fatkoulin.

P. ¿Tienes ya club de fans?

R. ¿Qué es eso?

P. Lo de Bisbal.

R. Todos los músicos tienen fans. Si supiera Bisbal cuántos tenía Oristrak... Supongo que tendré, pero son mayores, no niños.

P. ¿Tienes buen oído?

R. Creo que sí. (Suena un piano a lo lejos). ¡Es Bruck! ¡Pero lo está retrasando mucho!

P. ¿Tu mejor amiga del cole?

R. Tengo cuatro. Pero me ponen al lado de uno que ¡puaj!

P. Eres charlatanoski, eh.

R. Soy tímida al principio, pero empiezo, me suelto y no termino.

P. ¿Prefieres estrenar una muñeca o un violín?

R. Las dos cosas. Una muñeca no sabes cómo es, y el violín tienes que ver la resonancia, el color, de quién es... Es como aprender un móvil nuevo.

P. ¿Tienes móvil?

R. No.

P. ¿Qué melodía le pondrías?

R. El Ave María. La acompañación... ¡Digo, el acompañamiento!

P. Sólo te gusta la clásica.

R. No, me gustan los Beatles, el pop de los sesenta, el flamenco...

Carla Marrero, en el Teatro Real de Madrid.
Carla Marrero, en el Teatro Real de Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ

La sabia bajita

Tiene 10 años y la sabiduría se le sale por los ojos. Aparte de ser un prodigio tocando el violín (empezó con año y medio por sus padres, pero ahora lo toca "por hábito y vicio"), Carla Marrero (Madrid, 17 de junio de 1995) es un torbellino de listeza, simpatía, seducción y seguridad en sí misma. Vive en Alcalá de Henares, es géminis y, aunque no tiene hermanos, su gemela invisible siempre va con ella. Llega a la entrevista con el violín y no se separa de él ni un minuto. Se mueve por el laberinto del Teatro Real mejor que el arquitecto, y se diría que lleva toda la vida contestando preguntas. Al acabar, apunta los teléfonos: "Para invitaros a que conozcáis a mis perras".

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