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CRÓNICAS DEL SITIO
Columna
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La última ola

Era la mejor. Venían de todas partes para contemplarla y moverse al ritmo de sus ondulaciones.

Hasta que un día alguien de la inspección dijo que carecía del perfil. En el país vasco ya se sabe, que el que no tiene perfil no sirve. Es una "NAS" no asimilable al sistema. Es prescindible. No importa ser del país, de toda la vida o de mucho antes incluso.

Nuestra ola se entendía con la gente sin ningún problema. Lo hacía habitualmente con las anchoas. Que esas sí que son vascas con eusko label. Y hubiese hablado con los surfistas si a estos les gustase hablar. Pero ellos están demasiado concentrados en deslizarse por su cresta.

Cuando supo que era una ola lingüísticamente perfilada se sintió extraña en la bocana de la ría y se fue deprimiendo cada día un poco más. Al final se marchó con el viento. Los surfistas se fueron con ella y Mundaka se quedó sin ola.

Unos científicos de la universidad, después de hacer mediciones y de meditarlo cuidadosamente, han hecho público un informe en el que dicen que es probable que vuelva. Aunque añaden que, en todo caso, ellos no lo garantizan: también puede ser que no vuelva.

De forma que ya estamos con las dos Euskadis: Quienes consideran que la ola se ha marchado por motivos políticos, han hecho cuentas y han concluido que es la 200.001 vasca o vasco que se marcha discriminada por no ser nacionalista.

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Otros opinan que se ha ido por motivos económicos y que es un claro ejemplo de deslocalización producida por el calentamiento global.

Pero yo creo que se ha ido dolida por tanto desagradecido como hay en esta tierra. Que no se la merecen. Yo es que me la imagino como un ángel. O sea, una mensajera entre el mar y la tierra. Una especie de sirena. Condición muy difícil de apreciar por los burócratas de la inspección de olas inadecuadamente perfiladas, que todo lo que suena a dernière vague, aunque sea de nuestro golfo de Vizcaya, les parece sospechoso. Y más si va y viene y tiene un recorrido tan largo como esta ola.

Por eso creo que no volverá. Aunque como científica aficionada tampoco puedo garantizar nada; y digo que es posible que vuelva o también que no.

Ahora me despido hasta septiembre, que yo sí volveré porque tengo el perfil y a mí no me quitan la plaza ni dragando.

He quedado con Gino para recorrer algunas playas del Mediterráneo y nos dedicaremos a buscar la ola y alguna otra cosa. Que como él es matemático, además de cocinero, a buen seguro se le ocurrirá alguna teoría.

Lo que no sé es qué haré si me encuentro con la ola. Además ¿por qué habría de hacerme caso? Igual ha encontrado a un surfista italiano y pasa de perfiles.

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