De la colonia Marconi

Con fecha 29 de julio, hemos recibido en nuestros buzones una carta del concejal del Área de Gobierno de Seguridad y Servicios a la Comunidad, Pedro Calvo Poch. En ella se nos explica que, con el fin de potenciar "la seguridad de la circulación de vehículos en horario nocturno", se va a implantar a partir del 2 de agosto una restricción a la circulación de vehículos desde las once de la noche hasta las seis de la mañana.

He entrecomillado el eufemismo que emplea el señor Calvo Poch para describir el principal problema del entorno de la colonia Marconi, que es la prostitución. Las prostitutas no están en la calle de once a seis; están mañana, tarde y noche. Cuando llevamos a los niños al colegio, cuando vamos a comprar o al médico, actividades que hay que realizar fuera de nuestra colonia porque en ella no hay servicios.

El señor concejal no llama a las cosas por su nombre, no soluciona los problemas de unos vecinos que pagan impuestos como todos los demás madrileños y, lo peor de todo, nos encierra impidiendo una visita casual de familiares o amigos, o una salida impetuosa por motivo de una emergencia.

No hace falta preguntar por qué no acota el polígono de la Resina durante el día y la tarde. No quiere molestar a las empresas y que se trasladen a otras localidades. Durante el día sí existen problemas de tráfico, siempre hay varios camiones aparcados en doble o triple fila taponando las salidas del polígono. Pero eso sólo molesta a los vecinos.