El despertador de Phelps
El estadounidense confiesa que se entrenó "mal"
"Estos Mundiales han sido una llamada para despertarme", concluyó Michael Phelps tras su última prueba, los 100 metros mariposa, en la que le derrotó el también estadounidense Ian Crocker. Sonriente y cordial, confesó haber ganado "dormido" sus cinco medallas de oro y una de plata: "Me he entrenado mal".
Montreal ofreció una piscina rápida. Se batieron siete récords del mundo. El del surafricano Roland Schoeman en los 50 mariposa abrió la cuenta, pero no fue el más trascendente. No se trata de una carrera olímpica. Más peso específico cobraron los de 200 espalda del norteamericano Aaron Peirsol, de 100 mariposa de Crocker, de 200 braza de la australiana Leisel Jones y de los 200 mariposa de la polaca Otyla Jedrzejczak. Mención aparte merece el del australiano Grant Hackett en los 800 libre. Aunque tampoco es olímpica, esta distancia es de las más duras.
Desde que dejó la casa de su madre, en Baltimore, para entrenarse en Michigan, Phelps reconoce haber sufrido distracciones. Se ha preparado sin entusiasmo, dice. Los Juegos de Atenas lo dejaron hueco por dentro: "Vine para experimentar con mis debilidades. Como dice Bob [Bowman, su entrenador]
: 'Tu flaqueza es tu fortaleza y tu fortaleza es tu flaqueza". Es tan magnífico que el día que decidió aventurarse en sus miserias ganó los 200 libre, los 200 estilos, el 4x100, el 4x200 y el 4x100 estilos y fue segundo en los 100 mariposa. Eso sí, se hundió en los 400 libre y en los 100. En la prueba larga debe aprender la cadencia del nado libre. En la corta, mejorar su salida. Pero no se desanima: "Me presentaré con este programa en Pekín ".
El húngaro Laszlo Cech, de pecho-pollo y pronunciada chepa, tiene agallas: "Mi objetivo es batir a Phelps". A sus 19 años, ganó el oro en los 400 estilos porque su contrincante decidió no presentarse. Pero su tremendo ritmo en los 200, en los que pasó antes por los 100 con 53,86s, hace pensar que tiene la plusmarca en su mano.
El rubio melancólico Ian Crocker quería el récord de los 100 mariposa: "Sólo preparo la mariposa porque, si me descuido en el nado libre, no seguiría batiendo marcas ni podría ganar a Michael"
. En la final de los 100, para no llegar ajustado y que no le pasara como en Atenas, le pegó a Phelps un buen repaso. E hizo récord.
Aaron Peirsol nada con tanta suficiencia los 100 y los 200 espalda que parece que hasta le sobraría tiempo para detenerse a tomar el sol en los virajes. Desde hace tres años, el surfero exiliado en Texas no tiene rival. En los 200 batió su récord mundial. Lenny Krayzelburg, su viejo rival, está bien jubilado.
Katie Hoff, la norteamericana que se crió a la sombra de Phelps en el NBAC, el club de Baltimore que los lanzó, superó sus terrores de Atenas dominando los 200 y los 400 estilos con soltura. Y Leisel Jones se consagró como sucesora de Amanda Beard en la braza: oro en los 100 y oro en los 200, éste con récord incluido.
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