"Adoro a los hombres, me pierden"
Un café madrileño. María Valverde entra. Parece de mentira.
Pregunta. ¿Edad?
Respuesta. Dieciocho.
P. Coquetear ya no es delito.
R. Conmigo nunca lo ha sido. Siempre me ha dado igual. Lo escuchaba o no, según me convenía.
P. Dicen que su película italiana es nitroglicerina.
R. Es la bomba. Cuenta las aventuras sexuales de una adolescente siciliana, Melissa P. La novela fue un best-seller y la peli lo será también. Aunque es más recatada. Es una poesía, no tiene ningún punto porno, ni feo. Es una chica que sufre por el mundo y que llora y que no le da miedo llorar delante del espejo. Lo que pasa es que la llevan por el sitio equivocado.
P. ¿O sea?
R. Por el mal sexo. Se aprovechan de ella, la enseñan mal. ¡Hay que verla!
P. ¿Es una Lolita?
R. Nooo. Se acuesta con chicos de su edad.
P. ¿Y era Lolita la de La flaqueza del bolchevique?
R. Tampoco. No volvía loco al chico. La Lolita tiene que ser femme fatale; si no, no es Lolita. Una adolescente cualquiera no vale. Yo creo que no lo soy.
P. ¿Soy?
R. Es.
P. Has dicho soy.
R. No quiero que me clasifiquen... ¡La gente pierde la cabeza!
P. ¿Has leído Lolita?
R. No, he visto la peli.
P. ¿Estudias o trabajas?
R. Ja, ja. Me queda un año de bachillerato.
P. ¿Colegio de monjas?
R. Instituto. Fui a un colegio de frailes, pero me marché a los 13. No me interesaban, aunque tengo buenos recuerdos de dos, que irán siempre conmigo. [Llega Pep Guardiola y le pide un autógrafo. "Para mi chica". Valverde se pone roja y firma: "Odio a los futbolistas. No me gustan nada". Imposible saber si han preparado el vacile].
P. ¿Aprendiste italiano?
R. ¡Certo! Mi piace molto.
P. ¿Novio mediante?
R. ¡Qué va! No chicos italianos. Mucho peligro. Les gusta demasiado ligar, ligan demasiado bien. Son unos mentirosos...
P. Si no lo ves no lo crees...
R. A mí, hechos. No me vale de nada que digan. Hay que ser así.
P. Castellana...
R. Manchega. Mi madre es de Guadalajara, yo nací en Madrid, y estoy criada parte allí y parte aquí.
P. ¿Y qué dicen de tu carrera?
R. Si me ven feliz, están felices.
P. ¿Qué hacen entretanto?
R. Mi madre es enfermera, y mi padre, manitas.
P. ¿Y antes qué decían?
R. No querían. Si tu niña se mete a trabajar 13 horas diarias, es chocante. Pero sin ellos no podría haber llegado donde he llegado, ni a donde quiero llegar.
P. Es decir...
R. Al infinito. A Hollywood y a Bollywood. Y la segunda es mucho más atrayente que la primera. Lo que tenga que pasar, será.
P. ¿Te quiere la cámara?
R. Yo quiero a la cámara. Miro una cámara y me emociono. Me encanta. Me concentro más mirando la cámara que ella a mí.
P. Andas bien de ambición.
R. Nadie me ha regalado nada, ni quiero que me lo regalen.
P. ¿Has tenido padrino?
R. ¡Ojalá! Hice una prueba, creí que iba a ser infernal, venía del pueblo con mi padre hora y cuarto todos los días, me dieron el papel. Luego no podía fallar. En el cole fue horrible. Mucha envidia. No sólo de gente de mi edad. "Esa niñata". Creen que soy así.
P. ¿Qué pueblo?
R. Almonacid de Zorita.
P. Y de niñata, nada.
R. Me he adelantado en cosas porque mi cuerpo lo pedía.
P. ¿Perdona?
R. Mi cabeza.
P. ¿Qué te pedía?
R. ¡Marcha, marcha!
P. ¡Menuda provocadora!
R. [Se pone roja].
P. ¡Y qué gran actriz!
R. ¡Qué va! Me dicen llora y no lloro, ríe y no río. Tengo que comprender las cosas.
P. ¿Drogas?
R. Ahora mismo no tengo.
P. ¿Las comprendes?
R. Están ahí. Nuestra libertad es la elección. El problema ahora es que cada vez empiezan antes.
P. ¿Botellón tampoco?
R. Sí, sí, el botellón me encanta. Adoro el botellón.
P. Dejarás limpio el suelo.
R. Me lo llevo todo a casa.
P. ¿Y qué tomas?
R. Vino blanco con limón. Te da cagalera, pero está bien.
P. ¿Cómo es un botellón?
R. Música, malabares, charleta de arreglar el mundo... Un rito.
P. Sin sexo.
R. No suele. Pero mola igual. Te gastas cuatro euros y te pillas el pedo. Quiero vivir mi edad y la estoy viviendo. Si paso una noche en la suite del hotel Pepito, luego quiero tirarme en el césped. No te puedes olvidar de la vida, aunque la mayoría lo hace.
P. ¿Vas a ser la mejor actriz de España?
R. Me encantaría.
P. Dicen que eres buenísima.
R. ¡Hoy no me voy! ¡Pero va a ser mejor cómo voy a estar!
P. ¿Inclusive?
R. ¡Estoy creciendo!
P. Desarrollándote.
R. No, no, creciendo.
P. ¿Los reyes son los padres?
R. Sí, ¿no?
P. ¿Política?
R. De centro-derecha, nunca. De izquierdas, dudo, no creo.
P. ¿En Dios?
R. Menos. En mi familia y en mí.
P. ¿Y en nosotros?
R. Mmmmm. Puedo llegar a creer... No creo en el matrimonio, pero me hace ilusión.
P. ¿Sector gay?
R. ¡Para nada! Me encantaría que me gustasen las mujeres, pero adoro a los hombres. Me pierden.
P. Tienes arte, Valverde.
R. ¡En las venas! Tengo imaginación.
P. ¿Y sales en pelotas en la peli?
R. ¡Hombre, en pelotas...! Espero que no sea nada brusco. Es la primera vez que he podido meter cosas como actriz. Registros que no conocía. Formas de caminar.
P. ¿Como Brando?
R. ¡Ojalá! Aprenderé.
De Almonacid de Zorita a Italia y el infinito
Acaba de volver de Italia, donde ha rodado Melissa P., la adaptación al cine del polémico diario de la adolescente Melissa Panarello. El libro causó sensación por su alto voltaje erótico, y el director Lucca Guadagnino la eligió para el papel principal tras prendarse de la turbadora adolescente que interpretó María Valverde en La flaqueza del bolchevique, el filme con el que ganó el Goya a la actriz revelación. Moderna, simpática y sin prejuicios, Valverde es una actriz muy potente, de las que mantienen relación de amor/sexo con la cámara.
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