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Reportaje:NATACIÓN | Campeonatos del Mundo de Montreal

"Más dinero y más piscinas"

El vicepresidente de la federación cuestiona a los técnicos y aboga por un plan como el británico

Diego Torres

La crispada delegación española vivió la última jornada en la grada. Mirando a los nadadores de otros países competir en las finales. Fue la manera más acorde de concluir un torneo que para España ha sido el más ruinoso en la historia reciente de los mundiales. Sólo Erica Villaécija y Eduard Lorente lograron cumplir el objetivo propuesto por los técnicos: entrar en una final. No hubo rastros de Duane Rocha, la nueva perla de la Blume, ni de los hermanos Wildeboer, de prometedora trayectoria. El equipo de relevos femenino de 4x200 fue 12º en la actuación más pobre desde el año 2001. Todos los datos conducen a pensar que la natación no sólo no se mantiene en sus niveles de pobreza habituales sino que empeora. Alarmados ante lo que veían avecinarse, algunos directivos, como el presidente de la federación, Juan Gerardo Koninkcx, han preferido cambiar Canadá por España. El director general de deportes del CSD, y ex presidente de la federación, Rafael Blanco, lo ha seguido de inmediato. Blanco, el hombre que diseñó la actual estructura de la natación española, debió ausentarse en cuanto comenzó la competición más dura: la que se celebra en una piscina de 50 metros y no en aguas abiertas, con la pelota de waterpolo de por medio, o mezclando el nado con la danza. El único máximo responsable que ha permanecido en Montreal ha sido el vicepresidente de la federación y presidente del área de natación, Lluis Bestit, en el cargo desde hace siete meses.

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Aparentemente imperturbable ante lo que se cuece a su alrededor, en un clima que roza la sublevación, Bestit tiene resuelto despedir a Joan Fortuny, que durante una década se ha encargado de entrenar a los principales nadadores del CAR de San Cugat (los dos finalistas españoles entre ellos). También ha pedido responsabilidades al seleccionador, Carles Subirana, y espera una respuesta. Subirana tiene contrato en vigor pero desde la federación se considera que lo más lógico sería su renuncia inminente.

"El criterio de selección es del seleccionador", dice Bestit. "Sería bueno que acierte. Y si no, sería bueno que asuma responsabilidades. Es importante que en esta vida todos asumamos las responsabilidades. Si un seleccionador lo hace bien, cojonudo. Es su trabajo. Y si no nos tiene que explicar qué ha pasado".

Sabedor de que su deporte vive una crisis grave, Bestit asegura que ha puesto en marcha un plan para transformarlo desde los cimientos. Su modelo, dice, se inspira en del australiano Bill Sweetenham, que dirige la natación británica desde 2000. "Mi primera fuente fue la natación australiana, que se reestructuró desde los Juegos de Montreal", explica Bestit. "Los entrenadores me dijeron que a partir de ahí resolvieron trazar un plan que unificara los criterios, con un mismo objetivo, del que resultaron los éxitos que ahora vemos. Italia es otro modelo parecido. Ellos hacen concentraciones de fin de semana por especialidades. Entrenan juntos, comparten datos, coordinan los entrenamientos, se miden y al mes siguiente vuelven a reunirse para valorar el trabajo del mes. Es una labor de equipo. Siendo básicamente lo mismo, el plan británico es más elaborado. Porque no sólo habla de la medalla de oro, que es el primer objetivo de la federación, sino de muchos puntos: enseñanza, tecnificación, y alto rendimiento. Estos son los ejes de nuestro programa y tenemos que consensuarlo con las federaciones autonómicas, los clubes, los técnicos y el gobierno".

"Una ley del Gobierno Británico", asegura Bestit; "garantiza que todos los niños menores de los 11 años deben poder nadar 25 metros. Ellos crean un programa para que sea posible y nosotros debemos trabajar para crear un plan estratégico. Ahora tenemos un presupuesto de seis millones de euros. Para ejecutar el plan deberemos pedir al Gobierno de la nación un soporte económico mayor".

Bestit pide más piscinas de competición y menos de recreo: "Uno de los puntos del plan estratégico tratará de esto: no hay suficientes piscinas. Necesitamos pabellones cubiertos con piscinas de 50 que se dediquen a la competición exclusivamente. En Gran Bretaña hay unas 30 piscinas cubiertas y piensan construir 20 más para dentro de diez años. La propiedad es miscelánea, igual que en España: Estado, clubes, Ayuntamientos...".

Lluis Bestit, en el centro, en la presentación en 2001 de los Mundiales de natación de Barcelona 2003.
Lluis Bestit, en el centro, en la presentación en 2001 de los Mundiales de natación de Barcelona 2003.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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